Un brote de meningitis fúngica mantiene alerta a México y Estados Unidos y despertó la preocupación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace ya casi un mes. Esta semana se conocieron nuevas víctimas fatales de la enfermedad, que ya ascienden a seis en total.
El brote de Meningitis fúngica en México y Estados Unidos está vinculado con la utilización de anestesia raquídea en operaciones realizadas en dos clínicas privadas del país latinoamericano y se habría originado por un hongo desarrollado de forma intrahospitalaria.
Desde mayo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos notificaron a la Dirección de Epidemiología mexicana sobre cinco casos, todos concernientes a mujeres con antecedentes de haber pasado por intervenciones quirúrgicas con este tipo de anestesia en México. En las últimas horas, la prensa internacional reportó que ya son seis las personas muertas por la infección.
En total, según datos recaudados por la administración estadounidense, casi 550 personas procedentes de Estados Unidos, México y Canadá se sometieron a procedimientos quirúrgicos de este tipo entre enero y abril de este año en las clínicas mencionadas. Hasta fines del mes pasado, los casos de meningitis fúngica reportados ascendían a 20. En tanto, la CNN informó que son más de 200 los ciudadanos estadounidenses en peligro de contraer la enfermedad por haber recibido la mencionada anestesia en las clínicas mexicanas.
Cabe aclarar que la anestesia raquídea es aquella que se aplica por medio de una inyección entre los huesos de la columna vertebral y se utiliza frecuentemente para intervenciones en la parte inferior del cuerpo que no requieran dormir al paciente. Se suele aplicar en cirugías ortopédicas, vasculares y ginecológicas, entre otras.
Según explicó la OMS, la meningitis registrada en Estados Unidos y México es poco frecuente pero en caso de contraerse puede resultar mortal. Asimismo, desde el organismo indicaron que los procedimientos quirúrgicos pueden provocarla si los instrumentos de los médicos o los medicamentos provistos a los pacientes están contaminados y si no se aplican las debidas prácticas de prevención de infecciones.
