El Grupo Wagner, las milicias paramilitares que fueron de gran ayuda para el gobierno de Vladimir Putin en la guerra con Ucrania, inició un ataque contra Rusia y el Kremlin definió el accionar como un intento de golpe de Estado.
Desde hace unos meses, Yevgeny Prigozhin, el líder del Grupo Wagner, se ha mostrado en contra del ministro de Defensa Sergei Shoigu y el máximo general de Rusia, Valery Gerasimov, por la falta de municiones y recursos, en el contexto de la guerra que Rusia le declaró a Ucrania.
“El comité de comando del grupo Wagner decidió que hay que poner freno a quienes tienen responsabilidad militar en el país”, indicó Prigozhin en un mensaje y pidió no oponer “resistencia” a sus soldados ya que serán considerados “una amenaza y los destruiremos inmediatamente. Incluido cualquier bloqueo en nuestro bloqueo”.
Luego, afirmó que tiene miles de soldados en sus filas listos para accionar inmediatamente y que “todos los que quieran” unirse al Grupo Wagner, serán bienvenidos para “acabar con el desorden”.
“Somos 25.000 y vamos a determinar las causas del caos que reina en el país (...) Nuestras reservas estratégicas son todo el ejército y todo el país”, agregó.
Estas palabras fueron recibidas en el Kremlin como un intento de golpe de Estado, por lo que la respuesta del gobierno de Putin fue iniciando una investigación sobre Prigozhin.
“El Departamento de Investigación del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) inició legal y razonablemente un procedimiento penal contra Prigozhin E.V. en virtud del artículo 279 del Código Penal de la Federación de Rusia, por la organización de una insurrección armada. Sus acciones serán objeto de una evaluación jurídica adecuada”, apuntaron desde el gobierno de Ruia.
Además, la FSB consideró que los dichos del líder del Grupo Wagner son infundados y llamó a sus mercenarios a “no cometer un error irreparable” y detener los planes “criminales y traicioneros” de Prigozhin.
“Llamamos a los combatientes del Ejército privado a no cometer un error irreparable, cesar cualquier acción armada en contra del pueblo ruso, no cumplir las órdenes criminales y traidoras de Prigozhin, y tomar medidas para su detención. Sus declaraciones y acciones son de hecho una llamada al inicio de un conflicto civil armado en territorio de Rusia y son un golpe por la espalda a los militares rusos que combaten contra las fuerzas pro fascistas ucranianas”, señalaron en un comunicado.
Por su parte, Prigozhin se ha desentendido de esta definición de “golpe de estado” que pesa sobre él, y por la que podría ser condenado a entre 12 y 20 años de prisión, y explicó que su idea es organizar una “marcha por la justicia”.
“No es un golpe de Estado militar sino una marcha por la justicia. Nuestras acciones no suponen un obstáculo para las Fuerzas Armadas”, definió.
