El Papa Francisco recibió el alta médica del hospital Gemelli de Roma, luego de haber sido operado exitosamente el pasado miércoles 7 de junio de una hernia abdominal, y regresó al Vaticano para continuar con su recuperación.
El pontífice salió a las 8 de la mañana por la puerta del hospital en silla de ruedas, acompañado por el cirujano Sergio Alfieri, que lo condujo entre una multitud que lo esperaba hasta su Fiat 500 blanco, bajo un fuerte dispositivo de seguridad.
“Todavía vivo”, alcanzó a responderle a un periodista que le preguntó cómo se sentía.
El Papa rezará el ángelus el próximo domingo desde la ventana del palacio pontificio, pero no estará en la audiencia general del miércoles en la plaza de San Pedro “para poder favorecer su recuperación posoperatoria”, informó.
Antes, Francisco había agradecido a todo el personal del Gemelli por su atención y visitado el departamento de Oncología Pediátrica y Neurocirugía pediátrica, donde están ingresados algunos niños que le transmitieron su cariño en los últimos días a través de numerosas cartas, dibujos y mensajes deseándole una pronta recuperación.
En conferencia de prensa, el equipo médico informó que el postoperatorio del Papa era bueno, pero que se le había desaconsejado celebrar públicamente desde el hospital el ángelus para evitar esfuerzos que pongan en riesgo la cicatrización de la malla que se le ha colocado en la pared abdominal.
Por ello, el Vaticano canceló todas las actividades del papa hasta el 18 de junio y mantuvo los actos de los días siguientes. La próxima semana, por ejemplo, Francisco recibirá al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y al de Cuba, Miguel Díaz-Canel.