Durante la mañana, 500 efectivos de Gendarmería Nacional ingresaron en la Villa 1-11-14 para allanar 40 viviendas vinculadas al clan Los Marolas, una familia criminal de la zona acusada por los vecinos de ser parte del asesinato de Nayla Torrilla, la nena de cuatro años que murió al quedar en medio de una balacera en febrero pasado.
El clan, conformado por una familia de apellido González, está enfrentado históricamente a otra familia criminal en el Bajo Flores, Los Cabrales. Debido a un enfrentamiento armado entre ambas bandas delictivas que tuvo lugar en febrero, en pleno barrio, asesinaron a Nayla mientras jugaba con amigas el 8 de febrero.
La Justicia acusa a los Marolas de los delitos de venta de drogas, robos, usurpaciones y amenazas coactivas, además de este asesinato que revolucionó a todos. En los nuevos procedimientos interviene el juez Mariano Iturralde, la PROCUNAR, la fiscal Silvana Russi y la UFEIDE del MPF porteño, a cargo de Cecilia Amil Martín.
Por lo pronto, hay once detenidos, con dos prófugos que la policía todavía busca.. Sin embargo, el hecho que llevó a la redada en contra de los Marola no fue el crimen de Nayla, sino una balacera ocurrida siete meses antes, el 5 de junio de 2022, cuando dos hombres a bordo de una moto dispararon contra una casa de la manzana 2 del barrio Illia.
El ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, destacó el accionar de las autoridades: “Ola de allanamientos contra el clan Marola de la Villa 1-1-14, los acusados del crimen de Nayla. 500 efectivos de Gendarmería llegaron al asentamiento del Bajo Flores para ingresar en 40 objetivos. Se secuestraron drogas, armas y dinero: hay once detenidos”.
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