Tras la detención de Di Zeo y otros 56 barras de La Doce por tenencia ilegal de armas y violación de la Ley del Deporte, dentro de la barra de Boca abundan las teorías conspirativas sobre quién pudo haber filtrado. Los líderes de La Doce sospechan sobre una supuesta "cama" por algún integrante de la barra.
En la previa al partido entre Boca y Estudiantes de la Plata por la semifinal de la Copa de la Liga, una caravana de micros se dirigía al estadio Mario Alberto Kempes para presenciar el encuentro. En uno de los micros, se encontraban decenas de integrantes de la barra Xeneize y su líder, Rafael Di Zeo.
Sin embargo, mientras viajaban por la ruta, un grupo de élite del Departamento de Unidades de Alto Riesgo (Duar) de la Policía Cordobesa revisaron el micro y encontraron cuatro armas: una nueve milímetros de la Policía Federal Argentina con numeración limada, otra nueve pero marca Browning también con la numeración suprimida, una pistola 22 Bersa y un revólver largo 32.
Tras ello, las imputaciones cayeron para los barras de La Doce, incluso para Di Zeo, quien tras bajarse del micro se fue en una camioneta, pero que quedó procesado luego de que efectivos policiales que participaron del operativo declararan que fue el primero que descendió del colectivo.
Además, a Di Zeo y al resto de los barras les aplicaron preventivamente el derecho de admisión para ingresar a cualquier estadio de Argentina. Ahora, en el ambiente de la Doce sospechan que les hicieron una "cama".
Las teorías sobre la presunta "cama" contra Di Zeo
Dentro del círculo de Di Zeo consideran que alguien de adentro entregó el dato, ya que aseguran que habiendo cinco micros, el líder no iba a encabezar el que venía con “los fierros”. La principal teoría que manejan apunta contra temible bando de Lomas de Zamora y que tenía como responsable en ese momento a Fernando Lana Gatica. Integrantes de dicha banda viajaban dentro de uno de los ómnibus que componían la caravana.
Lo cierto es que entre la banda de Di zeo y la de Lomas de Zamora existe mucha tensión tras el episodio que ocurrió en Río de Janeiro tras la pérdida de la final con Fluminense. Allí, integrantes de ambas facciones se fueorn a las manos y todo habría terminado en un baño de sangre si no hubiera sido por la intervención de los líderes quienes buscaron aplacar el conflicto.
La pelea se desencadenó por cuestiones ligadas a la cantidad de entradas para cada uno y al reparto de dinero habían puesto el agua a punto de hervor y un acuerdo de caballeros terminó por zanjar la cuestión.
Más allá de esta teoría que circula en el entorno de Di Zeo, lo cierto es que el líder de la barra culpó en su aparición pública a la Policía y a la minsistra de Seguridad Patricia Bullrich, a quien acusó de persecusión. Pero dentro de su entorno todos saben que los revólveres no los plantó la policía.
De hecho nadie sabe por qué los fierros estaban arriba de uno de los micros, aún cuando estaban escondidos en los ductos de la calefacción, ya que tanto La Doce como el resto de los barras de los clubes argentinos llevan el armamento en los autos particulares, que viajan por separado y no son requisados.
Ahí es donde entra a tallar la teoría del error: que las guardaron ahí por las dudas, en caso de necesitarlas para cometer cualquier tipo de delito, y no avisaron a los jefes. Quienes abonan esta teoría se apoyan en la primera reacción de Di Zeo cuando le avisaron que encontraron algo arriba, y según varios presentes discutió fuerte con dos referentes que iban en los micros, volaron al aire algunas manos y rápidamente dos integrantes de esa facción, pero de más bajo rango, se hicieron cargo de que los revólveres eran de ellos, aunque luego en sede judicial. Por ello, la fiscal les imputó a todos la tenencia ilegal de arma
