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Columnistas

Brittney Griner vuelve de una cárcel rusa a jugar en el WNBA

La NBA está en etapa de definición de cara a las Finales que entregará un nuevo campeón de la temporada. Los candidatos se reducen y desde 2015 que el ganador no tiene al MVP de la temporada cuando Stephen Kerry lo hizo con Golden State. Este año el galardón y, por ende la presión, cayó sobre Joel Embiid de Philadelphia Sixers que le ganó el premio a Nikola Jokic y Giannis Antetokoumpo, que ya está fuera de carrera. Aunque con menos difusión, también comenzó la pretemporada de la WNBA, la liga femenina, con una presencia excluyente: Brittney Griner, la estrella estadounidense que estuvo casi todo 2022 presa en Rusia por tenencia de marihuana.

El 24 de febrero del año pasado Rusia decidió invadir Ucrania en busca de anexar la región oriental del Donbass, como ya se había quedado con la península de Crimea en 2014. El afán expansionista de Vladimir Putin puede ser sometido a escrutinio público en las elecciones del año que viene si es que decide ir por una nueva reelección, gracias a la reforma constitucional de 2020. Una semana antes del ataque en el aeropuerto de Sheremetyevo en Moscú, se vivieron escenas de guerrafriismo (sic) explícito cuando detuvieron a Griner por tenencia de cartuchos con aceite de cannabis para algunas dolencias musculares crónicas. El uso de drogas en Rusia es ilegal y e 99% de los casos que llegan a juicio terminan en condena.

La camapaña para su liberación

Griner, para muchos la jugadora más determinante de los últimos años, doble campeona olímpica y mundial con Estados Unidos, fue utilizada como una excusa por los rusos para tensar una relación que se había vuelto más hostil con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. A pesar del status estelar en su país, donde desde 2013 juega en Phoenix Mercury de la WNBA, debe hacer como otras basquetbolistas y jugar la doble temporada en Europa, donde se paga hasta cuatro veces más. A partir de 2014 comenzó a jugar para el UMMC Ekaterimburgo con el que ganó tres ligas rusas y cuatro Euroligas. Pasó semanas incomunicada e incluso las autoridades consulares de su país no pudieron, al principio, tener contacto directo con ella.

Hubo pedidos y reclamos públicos, la liga la nombró como parte del Juego de las Estrellas. Las jugadoras usaron camisetas con su nombre en el precalentamiento y durante el segundo tiempo. Una de sus compañeras, Sophie Cunningham fue la más enfática cuando le reclamó al gobierno aduciendo que “si esto le pasara a LeBron James o Tom Brady, habría noticias de ellos todos los días. Pero con ella no es así. No es así. Debe haber un mensaje consistente hasta que ella vuelva a casa”. Criticado por su silencio inicial, LeBron habló recién en julio y le metió presión a Biden. “Lleva 110 días encarcelada ¿cómo puede sentir que Estados Unidos la apoya? Me sentiría como ¿Quiero volver a Estados Unidos?”.

Encarcelada y liberada

Brittney pisa suelo americano

Griner fue condenada en octubre a nueve años de cárcel al tiempo que el gobierno, sobre todo en voz de Anthony Blinken, secretario de Estado, negociaba con sus pares rusos un intercambio de prisioneros. En diciembre la liberaron a cambio de Viktor Bout, un traficante de armas condenado a 25 años en Estados Unidos, conocido como el "mercader de la muerte".

El mano a mano fue criticado por excesivo, una mujer que fue encontrada con droga versus un hombre que vendía armas, pero los estadounidenses no pudieron incorporar en el trato a Paul Whelan, un exdirector de la Marina, que cumple 16 años de sentencia por espionaje.

Brittney y su esposa con Biden y la suya

Quedó en libertad el 8 de diciembre y, ocho días después, Griner llegó a su país e hizo un posteo en Instagram con dos fotos, una de ella bajando del avión que la depositó en la base militar de San Antonio a donde llegó y otra abrazándose con su esposa. En el extenso texto que publicó pidió por Whelan y todos los detenidos políticos. También le agradeció al gobierno y especialmente a Biden. De hecho el 1 de mayo de este año fue una de las invitadas especiales del presidente y su esposa a la cenas de corresponsales en la Casa Blanca.

Griner está inmersa en la pretemporada de Phoenix Mercury, su equipo desde 2013. Si bien no jugó el primer partido de práctica la expectativa está puesta en el inicio del torneo el 20 de mayo cuando visiten a Los Angeles Sparks. Un día después seguramente vivirá un momento de alta intensidad cuando jueguen de locales contra Chicago Sky. Será el primer partido ante su gente después de la detención. El año pasado Phoenix terminó en el octavo lugar y perdió en la primera ronda de playoffs contra Las Vegas Aces, a la postre las campeonas. Volverá a hacer dupla con la base Diana Taurasi, la mejor jugadora de la historia. Hija de italiano y rosarina, Taurasi tiene un vínculo indeleble con nuestro país por el idioma, que lo habla a la perfección, la comida y el fútbol, gracias a su fanatismo por Rosario Central. "Sí, creo que ha progresado. Quiero decir, cuando no haces nada durante 10 meses, sí, es una gran tensión para tu cuerpo, mental, físicamente. Pero cada semana la ves mejorar un poco", reconoció Diana.

Un lugar seguro

Tras la liberación, todas sus comunicaciones fueron a través de las redes hasta la semana pasada en que dio su primera conferencia de prensa antes de los entrenamientos en donde se la vio notoriamente emocionada. “No me resultan extraños los momentos duros. Uno los pasa en la vida. Es verdad que este fue bastante grande, tuve que buscar en lo profundo mío para superarlo. Los momentos en los que quieres rendirte, era cuando veía esas fotografías… Eso era suficiente para recordar lo que estabas esperando. Esperaba estar de vuelta con mi familia, con mis seres queridos en un lugar seguro para ti. Estoy disfrutando todo y lo seguiré haciendo. Por suerte pude recuperar mi vida”.

Griner, hija de un militar y un ama de casa se decantó por el básquet en la adolescencia después de haber jugado al voley y al fútbol. Cuando arrancó medía 1,82 metros y hoy a sus 32 años tiene 2,06 que le permite dominar absolutamente en la pintura, además de poseer un arsenal de recursos tanto en ataque como en defensa.

Elegida N°1 en el Draft de 2009 se decantó por la Universidad de Baylor y a los dos días en un nota con Sports Illustrated contó que era homosexual. Desde entonces se convirtió en una referencia de las disidencias y los derechos civiles, ya que fue una de las tantas jugadoras que lideró las campañas contra la brutalidad policial hacia los negros.

Ya despojada de sus característicos dreadlocks, se centra en su carrera en el basquet al tiempo que busca dejar a un lado la detención en Rusia. En su encuentro con la prensa aseguró que solo jugará en el exterior para ir a los Juegos Olímpicos, así que muy probablemente la veamos en Paris 2024. Mientras tanto queda una semana para el debut para una temporada que no será igual a las anteriores. Buscará nuevamente ser campeona, como en 2014, y sobre todo lo hará nuevamente, como una mujer libre.

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