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Columnistas

Los milagros de San Diego

A pesar de la fuerte impronta cristiana que se respira en Argentina, hay mucho espacio para ritos paganos o de religiosidad alternativa. Los santuarios dedicados al Gauchito Gil proliferan a lo largo de las rutas, el fervor que despierta Gilda o las peregrinaciones a la Difunda Correa son algunas de ellas. También según los cánones de la Iglesia Católica, una persona puede ser considerada santa cuando se la considera responsable de al menos dos milagros. Si por esto, Diego ya cumplió.

La santidad de Maradona fue decretada en vida, principalmente en Argentina y Nápoles, donde le pelea palmo a palmo ese lugar a San Gennaro, patrono de la ciudad. Su última aparición pública fue en plena pandemia cuando cumplió 60 años el 30 de octubre de 2020, la Navidad maradoneana, el día que comenzó la Copa de la Liga. Las autoridades del fútbol argentino programaron como primer partido Gimnasia y Patronato para que pudiera festejar dirigiendo a su equipo. Su salud era ya muy frágil y fue expuesto a un espectáculo innecesario, al punto que no vio el juego. Casi un mes después murió casi en soledad en una casa en Tigre.

Luego de eso AFA y la Liga Profesional rebautizaron el torneo como Copa Diego Maradona en su homenaje. El 17 de enero de 2021 se jugó la final en San Juan y el campeón fue Boca, que había ganado el último torneo local antes del confinamiento en marzo de 2020. Ese día River empató en Tucumán con Atlético, Boca le ganó 1-0 a Gimnasia con gol de Carlos Tevez y Diego recibió su última ovación en la Bombonera. Si bien Boca es el equipo más ganador de torneos locales de la última década, ese fue el primer milagro maradoneano, que el equipo del que era hincha ganara el campeonato que llevaba su nombre.

La Copa América de 2021 tiene grandes ribetes místicos ya que el torneo se iba a hacer en Argentina y Colombia, pero por la pandemia se mudó a Brasil. Luego de 28 años el seleccionado logró ser campeón contra los locales y en el Maracaná. La verdeamarelha solo había perdido una vez por torneo oficiales en su templo, el Maracanazo cuando Uruguay ganó el Mundial de 1950.

Maradona fue uno de los principales destinatarios de los festejos porque además fue el primer torneo grande tras su fallecimiento.

Un año después la apuesta se redobló, primero con la Finalissima contra Italia en Wembley y el título en Qatar. A lo largo del torneo la hinchada argentina bramó “en Argentina nací, tierra de Diego y Lionel” buscando que esa conexión llamara su espíritu y cuyo rostro no faltó en ningún partido. El torneo y la final de Messi fueron tan maradoneanos como se pudo: goles, asistencias, temple, liderazgo y, por si faltaba algo, hasta en lo declamativo. El “andá pa´allá bobo” fue el gran homenaje póstumo.

En paralelo a la Copa del Mundo se comenzó a gestar el tercer y más complejo milagro, que Nápoli pueda salir campeón por primera vez desde que lo hizo con él en 1987 y 1990. Desde la última vuelta olímpica napolitana el fútbol local es patrimonio de Juventus, Milan e Inter, salvo por tres torneos ganados por Sampdoria, Lazio y Roma. Entre 1999 y 2007 vivió un huracán deportivo e institucional donde descendió hasta tercera división, se disolvió, lo compraron, recuperó su nombre, logró sanearse económicamente y volvió a Primera División. En la última década ganó tres veces la Copa Italia y una Supercopa, pero la deuda sigue siendo la Serie A. De los últimos diez torneos, en cuatro fue subcampeón y en tres tercero, pero este parece ser el año.

En mayo de 2021 fue contratado Luciano Spaletti en reemplazo de Gennaro Gattuso y comenzó a gestarse el cambio. Terminó la temporada 2021/22 tercero a siete puntos del Milan que peleó hasta el final el torneo con Inter. Eso lo clasificó a la Champions League, donde fue uno de los equipos más vistosos, con una goleada 4-1 a Liverpool en zona de grupos que sorprendió a toda Europa. Pep Guardiola llegó a considerarlos el mejor equipo del continente, cosa que a Spaletti no le agradó. En octavos eliminaron de manera contundente al Eintracht de Frankfurt, pero en cuartos cayeron de manera ajustada con Milan.

En el torneo italiano marcaron tendencia desde el arranque. Salvo por las fechas 4 y 5, donde cedieron el liderazgo al Atalanta, fueron siempre punteros de manera clara y convincente. Con todavía 21 puntos en juego le llevan 17 de diferencia a Lazio, que está segundo. Si este sábado le ganan a Salernitana en el Estadio Diego Maradona, ex San Paolo – otro ajuste religioso -, y los romanos pierden el domingo contra Inter en Milán, serán campeones de Italia después de 33 años.

El éxito del equipo se cimenta en un juego dinámico, directo y con jugadores que elevaron su nivel por encima de lo esperado. Nápoli tiene el cuarto presupuesto del torneo debajo de los tres equipos más poderosos, que además tienen planteles más ricos. Para Qatar 2022 Juventus tuvo once jugadores convocados, Milan siete, Inter seis, mientras que Nápoli solo tres. Eso en parte los ayudó porque los dos jugadores disruptivos de Spaletti no viajaron a Medio Oriente: el nigeriano Victor Osimeh, goleador del torneo con 21 goles, y el georgiano Khvicha Kvaratskhelia, quinto anotador con 12 tantos y máximo asistidor de la Serie A con 10 pases-gol.

Kvaradona, como lo llaman lo hinchas napolitanos, es la gran sorpresa de la temporada y refleja el buen trabajo de scouting de un club que no juega con los mismos recursos que los grandes de Europa. Muestra una pericia en la que Borussia Dortmund, Lyon, Ajax o Benfica vienen ejerciendo hace años, encontrar gemas, comprarlas baratas y venderlas caras. Pagaron 11,5 millones de euros por su pase  y ya se estima que vale entre siete y ocho veces más. Debutó hace cinco años en el Dinamo Tblisi de su país, osciló entre Georgia y el fútbol ruso, hasta que el año pasado con la invasión de Vladimir Putin, rescindió contrato con Rubin Kazan, se fue a Dinamo Batumi y desde ahí directo al sur de Italia. Derecho, recostado en la izquierda a perfil cambiado, suele ser indescifrable, porque puede moverse al medio o cambiar de banda con mucha facilidad. Zielinski, Raspadori, Ndombele o Di Lorenzo son otros de los futbolistas en los que se apoya el entrenador para hacer la diferencia.

El domingo a las 9.30 de la mañana ya habrá terminado el partido de Lazio. Si todo sale como es esperado será el momento donde Nápoli podrá exorcizar tres décadas de espera por ser el mejor de Italia. De lo contrario, habrá que esperar una semana. Lo que es seguro es que si sucede, Diego lo habrá hecho de nuevo.

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