DCV – ELECCIONES EN UEFA
La FIFA reeligió a Gianni Infantino por cuatro años más en el Congreso que se hizo esta semana en Kigali, Ruanda. Llegó en modo bombero en 2016 luego del FIFA Gate y podría quedarse en el cargo hasta 2031. Uno de los que lo votó fue Alesander Ceferin, presidente de la UEFA, que en dos semanas también será reconfirmado, en un congreso que augura intensidad. Aliado de Conmebol para frenar el poder de Infantino puede ser la persona clave que le saque a Sudamérica la chance de organizar el Mundial de 2030.
El 27 de mayo de 2015 el mundo del fútbol voló por los aires. Un grupo de policías suizos en conjunto con agentes del FBI estadounidense detuvieron dirigentes latinoamericanos por fraude, sobornos y lavado de dinero en Zurich antes del Congreso de la FIFA donde se iba a elegir presidente. Dos días después se votó igual y Joseph Blatter logró un mandato más, que luego mutó en una transición hasta que hubiera nuevas elecciones. En diciembre hubo una segunda oleada de detenciones y se aceleraron los tiempos en las tres mayores entidades del fútbol.
Primero FIFA eligió en enero de 2016 a Infantino que venía de ser secretario general de UEFA. Un mes después Conmebol se decantó por Alejandro Dominguez como sucesor de Juan Angel Napout, detenido y condenado en 2018 a nueve años de cárcel en Estados Unidos. La federación europea se demoró más y recién votó en septiembre donde Ceferin derrotó 42-13 al neerlandés Michael van Praag para reemplazar al español Angel María Villar, otro de los que cayeron por los manejos turbios en el fútbol.
Ceferin es abogado, nació en 1967 en Liubliana, capital de Eslovenia, cuando todavía formaba parte de la República Federativa de Yugoslavia. Tras la separación del país comenzó a especializarse en derecho deportivo, representación de clubes y atletas en el estudio jurídico de su familia.
Comenzó asesorando a un club de futsal en 2005, luego se involucró como parte de la directiva del NK Olimpija Lubliana, que pasó de Quinta división a Primera en cinco años y para 2011 ganó las elecciones en la Federación Eslovena de Fútbol, país que solo jugó los Mundiales masculinos de 2002 y 2010.
Los tres, Infantino, Dominguez y Ceferin, son conscientes del poder que manejan, pero también marcan distancias entre sí. El suizo ha intentado en los últimos años imponer su voluntad de realizar mundiales cada dos años y probablemente hasta contaba con los votos, pero desistió por el rechazo que Europa y Sudamérica tenían por el tema. De hecho una de las maneras de generar autodefensas por parte de Dominguez y Ceferin fue la creación de una oficina conjunta en Londres en 2022 para la “creación de proyectos comunes entre ambas confederaciones”. La idea nació en 2020 y tuvo el pico más alto el año pasado con la Finalissima masculina entre Argentina e Italia, en el estadio de Wembley, el segundo título de La Scaloneta. Uno de los directores de la sede inglesa es Claudio Tapia.
Pero a pesar de la buena relación hay un item donde el esloveno y el paraguayo discrepan: el Mundial masculino de 2030. Conmebol apoya la candidatura de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, mientras que UEFA va con la de España-Portugal, que esta semana sumó a Marruecos en reemplazo de Ucrania. La decisión se tomará en el Congreso de FIFA del año que viene.
En octubre la candidatura europea anunció que sumaba a los ucranianos a la sede a modo de darle un respaldo explícito a un país que estaba sumido en su guerra con Rusia y también a modo de capitalizar la sensibilidad que eso pudiera generar. Sin embargo los bajaron provisoriamente hasta tanto no se descomprima la situación de Andriy Pavelko, presidente de la federación ucraniana, implicado en un caso de corrupción. El tema es que el 5 de abril, día en que se certifique la continuidad de Ceferin, hay que votar por distintos cargos, como siete miembros del Comité Ejecutivo de UEFA entre once candidatos donde figura Pavelko, un nombre que seguramente no consiga el lugar.
Entre los otros diez destacan Phillipe Diallo, actual presidente de la Federación Francesa de Fútbol, que asumió hace menos de dos semanas en lugar de Noel Le Graet que renunció por denuncias de acoso sexual. También está Luis Rubiales, titular de la Real Federación de Fútbol Español, señalado por los chats filtrados con Gerard Piqué para llevar la Supercopa española a Arabia Saudita. Sin embargo el nombre que más incomoda a Ceferin es el de Lise Klaveness, presidenta de la Federación de Noruega. Abogada, jueza, ex jugadora y activista LGBTIQ+ es la única mujer que compite por estos lugares. Si bien hay un asiento específico en el Comité destinado al cupo femenino, que será para la galesa Laura MacAllister, Klaveness quiere romper este techo de cristal.
Ya se había destacado en el Congreso de la FIFA de 2022 en Doha cuando criticó la situación de los derechos humanos, de las minorías sexuales y laborales tanto en Qatar como en el Mundial de Sudáfrica. “Estoy aquí ahora como la primera mujer presidente de fútbol de Noruega para hablar frente a ustedes. Ya no llevo la pelota a todas partes, pero mis sueños siguen siendo el fútbol. Fútbol donde niños y niñas, de todos los colores, heterosexuales y queers, todos, sean tratados con igual respeto y reconocimiento”. Si la llegan a elegir, compartirá Comité con el qatarí Nasser Al Khelaifi, presidente del PSG y amigo del emir de un país donde ella por ser lesbiana podría ir hasta cinco años presa. El jueves avisó en el Congreso de Kigali que no apoyaría a Infantino y puso en el orden del día “la reparación de los derechos humanos en eventos FIFA”.
En Ruanda también se confirmó una noticia que puede complicar las aspiraciones sudamericanas para 2030 cuando se anunció formalmente la inclusión de Marruecos a la candidatura europea. El país africano intentó varias veces ser sede la Copa del Mundo, cuenta con apoyos financieros fuertes y se suma con el aval de ser el primero de su continente en meterse en semifinales con el cuarto puesto de Qatar 2022. También flota en el ambiente la chance que Arabia Saudita quiera jugar con una candidatura triple junto a Egipto y Grecia. Si bien sería la primera vez que dos continentes organicen un torneo, geográficamente están pegados y permiten una logística más sencilla que la de Conmebol. Además, si bien Rusia organizó el de 2018, Europa occidental no recibe un Mundial desde Alemania en 2006, lo que también robustece sus chances.
El otro tema que preocupa a Ceferin se llama Superliga, el intento de los gigantes europeos de hacer un torneo continental cerrado, como la Euroliga de básquet, que hubiese destruído la Champions League, el juguete más caro de la UEFA. En una entrevista con Overlap, el programa que tiene el ex futbolista Gary Neville en YouTube, aseguró que no tiene una buena relación con Florentino Perez, Joan Laporta y Andrea Agnelli, cabezas de Real Madrid, Barcelona y Juventus, los únicos que subsisten con la idea secesionista. También aseguró que casi rompe lanzas con dos clubes ingleses. “Había dos propietarios muy involucrados. Tuve una llamada telefónica de uno de los clubes ingleses, no diré cuál. Me alteré un poco y les dije: 'Váyanse al infierno, desde mañana son mis enemigos, no quiero hablarles más'. Fue muy difícil”
El 5 de abril no solo se definen los cargos europeos para los próximos cuatro años, sino que también se termina de configurar la rosca previa al objetivo final que es el Mundial. Ceferin sabe que si triunfan no solo le ganará la pulseada a Dominguez en el plano deportivo, sino que también se posicionará con fuerza para reemplazar a Infantino.