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Mundo

Además de destituir al jefe del Ejército, Lula separó a al menos 60 militares del Gobierno

lula da silva

A casi dos semanas del intento de golpe de Estado en Brasil a través de la toma de los tres poderes, el presidente Lula da Silva ya destituyó al jefe del Ejército, Julio César de Arruda, y a 140 militares que ocupaban cargos en la seguridad y la administración de la Presidencia.

Desde que Lula asumió la presidencia el 1° de enero había empezado la salida de militares del Gobierno, pero se aceleró el proceso a partir del asalto del 8 de enero a las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema en Brasilia por parte de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro.

Quien quiera hacer política, que se quite el uniforme, renuncie al cargo y monte un partido político.

Lula da Silva, presidente de Brasil

El martes el Poder Ejecutivo de Brasil prescindió de los servicios de 40 militares que trabajaban en la administración del Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia, y en los dos días posteriores le siguió otra veintena del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), responsable por la protección de la vida del presidente.

Mientras que hoy fue el turno del jefe del Ejército, Julio César de Arruda, que había asumido su cargo el 30 de diciembre. Su sustituto será el general Tomás Miguel Ribeiro Paiva, quien esta semana, en una ceremonia militar, hizo un fuerte alegato en defensa del orden democrático y del resultado de las elecciones de octubre.

El plan de Lula de desmilitarizar la administración pública viene de la duplicación de militares ocupando cargos civiles que tuvo lugar durante el gobierno de Jair Bolsonaro, un capitán retirado del Ejército. En 2018, un año antes de que Bolsonaro llegara al poder, eran 2765 los militares en cargos civiles y para 2020 alcanzaron los 6157.

La semana pasada, en un desayuno con periodistas, el presidente de Brasil aseguró que hubo “muchos militares y policías” que fueron “conniventes” con el intento de golpe y que está “convencido” de que alguien de dentro del palacio presidencial de Planalto “facilitó” la entrada de los radicales.

El miércoles, en una entrevista a GloboNews, Lula dejó entrever nuevamente esa desconfianza al criticar las agencias de inteligencia “del Ejército, de la Policía y de la Marina” por no avisarle de que bolsonaristas radicales se estaban organizando para el asalto.