El precandidato a gobernador bonaerense por Juntos por el Cambio y exintendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, habló esta mañana sobre la invasión de los edificios de los tres poderes de Brasil por parte de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro. Para el dirigente, el hecho no constituyó un intento de golpe y la violencia se mide distinto según venga de sectores progresistas o de derecha.
Joaquín de la Torre condenó la violencia en Brasil afirmando que "fue claramente una protesta desmedida, desubicada, violenta, fuera de lugar", pero agregó que para él "está claro que no fue un intento de golpe de Estado". El exintendente defendió su postura explicando que no se daban las condiciones para constituir un intento de golpe: "no había líder, ni consigna, ni proclama", aseguró en Radio Con Vos.
Hubo el anuncio de todo un sector de la prensa de que Bolsonaro no iba a dejar que asumiera Lula, de que no iba a reconocer la victoria, y no pasó eso.
Además, el precandidato dijo que “hay un estándar distinto de la gravedad de la violencia y la protesta” según su procedencia: "No solamente se debe reprender la violencia cuando es víctima un gobierno de izquierda", remarcó, y desvinculó a Bolsonaro del ataque a los poderes del domingo. Para él, “es posible que mucha gente haya tenido intención de que Bolsonaro padre, su hijo o las Fuerzas Armadas encabezaran esa protesta, pero la realidad es que no se sumaron”.
De la Torre reconoció que no le gustó la actitud que tuvo el exmandatario brasileño al irse previo a la asunción de Lula, pero que eso no alcanza para tildarlo de antidemocrático "porque de hecho entregó el poder". En este sentido, agregó que en el entorno de Bolsonaro existe la versión de que éste no se quedó para el traspaso “para evitar que hubiera un problema mayor”.
Todo lo que pasó en otros países de Latinoamérica, que fue mucho más violento y que duró mucho más, no fue condenado porque venía de los sectores progresistas.
El dirigente condenó las manifestaciones asegurando que "hay que poner orden", pero volvió a insistir sobre la supuesta doble vara que se aplicaría en estas situaciones: "Todo lo que pasó en otros países de Latinoamérica, que fue mucho más violento y que duró mucho más, no fue condenado porque venía de los sectores progresistas” e incluso se veía "de buena manera", se quejó.
