Carlos Perciavalle tuvo que ser internado de urgencia en Uruguay, en el Sanatorio Mautone de Maldonado. El humorista se descompensó tras sufrir un pico de estrés, en el marco de un conflicto de larga data con vecinos que, según denunció su marido, lo vienen hostigando desde hace tiempo. “Recen por él”, pidió su pareja ante los medios.

El hecho que desató el pico de estrés sufrido por Carlos Perciavalle fue el hallazgo, frente a su casa, de un montón de tierra y troncos bloqueándole la entrada. La maniobra fue atribuida a sus vecinos, quienes le compraron parte de su terreno en “condiciones deshonestas” y se aprovecharon de la vulnerabilidad del cómico en varias ocasiones, según lo denunciado por su entorno.

En diálogo con A la tarde, su marido Jimmy Castilhos relató: “Carlitos está internado por una grave descompensación y un pico de estrés que tuvo, que como él tuvo un tema de arritmia nerviosa y un tema congénito, de corazón, vivió una situación que lo alteró muchísimo”. Tras hacer referencia al hecho de que le hubieran bloqueado la entrada a su casa, el hombre agregó que “en este momento está sedado, está dormido” y “le están haciendo todos los estudios pertinentes”.

“Carlos va a salir de esto. Recen por él, que yo sé que lo hacen por cómo lo quieren, por cómo nos trataron todo el tiempo en Argentina. En cuanto Carlos esté bien, va a dar él mismo su palabra. Yo pienso que Dios existe y que Dios sabe quién es Carlos Perciavalle”, concluyó Castilhos.

En ese mismo programa, emitido por América, los conductores indicaron que el marido de Perciavalle denunció “hostigamiento, amenazas y estafa” en relación con el conflicto que le desató el pico de estrés al humorista. “Ayer, cuando llegaron a la casa, alguien les franqueó la entrada colocando unos troncos enormes de cinco toneladas ocupando toda la calle y el camino”, se indignó uno de los noteros.

Además, los periodistas detallaron que Perciavalle habría vendido parte de su terreno a un vecino “que hizo la compra en condiciones muy deshonestas y desfavorables para Carlos”. Desde entonces, esas personas vienen hostigando al humorista o aprovechándose de él, como cuando “le rompieron el farol de luz de la entrada” y “se colgaron del suministro de luz de Carlitos, no se lo pagan y le ha venido una factura de luz impagable” de aproximadamente 1000 dólares.