En los días que vienen, una buena parte de los trabajadores del sector privado van a recibir un bono de 24.000 pesos, que funciona como refuerzo de los ingresos frente a la perdida de poder adquisitivo que causó la inflación. Sin embargo, el extra no le llegará a todos, y hay ciertas consideraciones a tener en cuenta.

A través de un decreto, el gobierno nacional oficializó que buena parte de los trabajadores privados reciban un bono de, como máximo, 24.000 pesos. En los casos en que se trabaje menos de 40 horas semanales, el bono será entregado de forma proporcional. Además, la "asignación no remunerativa" la recibirán solo las personas que cobren menos de 185.859 pesos.

Sobre la fecha del pago del bono aún quedan dudas. Si bien desde el Gobierno aseguran, como establece el propio decreto, que se abonará en diciembre, algunos expertos creen que el dinero recién va a depositarse a principios de enero.

Por la parte de los empleadores, aquellos que tengan Certificado MiPyME podrán reducir los anticipos del Impuesto a las Ganancias hasta en un 50% del monto total del bono. Mientras tanto, para los empleadores en el "Régimen de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares" el pago del bono resulta deducible del Impuesto a las Ganancias. En el caso de no pagar este tributo, se podrá pedir el reintegro de hasta el 50% de lo abonado.