Desde fines de noviembre más de 12.000 hectáreas de bosque se están quemando en la provincia de Tierra del Fuego. Se trata de la reserva natural Corazón de la Isla, donde se detectaron los primeros focos. Según los brigadistas, el incendio empezó las inmediaciones del Río Claro y el Refugio Fueguino.
Este viernes, un grupo de brigadistas encargado de combatir los incendios del municipio de Tolhuin decidió suspender su servicio por 24 horas con la intención de reclamar al Ministerio de Ambiente de Tierra del Fuego el pago de viáticos correspondiente a su labor. Según denuncian, el gobierno fueguino adeuda cientos de miles de pesos por diferentes viajes que el equipo debió realizar para extinguir focos no solamente en territorio fueguino sino en otros puntos del país, en los que trabajaron desde agosto.
"Hoy debían depositarse dos viáticos, pero no se cumplió lo prometido", expresó ayer Diego Varga, miembro de la Brigada Sur del Servicio Federal del Manejo del Fuego y referente de ATE Comarca Andina. "Necesitamos que demuestren empatía por el personal, que está con salarios bajos y no llega a fin de año", remarcó el brigadista.
Nos deben viáticos hace meses y hay compañeros que están combatiendo mientras que su sueldo es menor a una canasta básica.
Diego Varga, brigadista.
Además, Varga se refirió al Secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la Nación, Sergio Federovisky, quien visitó la provincia y elogió con su discurso a los brigadistas. "En plena conferencia dijo que estaba todo bien, que contábamos con buenos equipos, la vendió como que estaba todo de diez, pero nos deben viáticos hace meses y hay compañeros que están combatiendo mientras que su sueldo es menor a una canasta básica. Están arriesgando su vida", protestó en diálogo con Clarín.
Paradójicamente, al poco tiempo de detectarse los focos, el director provincial de Manejo del Fuego Pablo Paredes había dicho que "las características que presenta el incendio son de una inseguridad constante para el personal, queremos cuidar en primera instancia a nuestra gente".
En medio de la precarización de los trabajadores abocados a la extinción de los focos, Tierra del Fuego sigue ardiendo. El incendio está afectando devastadoramente a los bosques nativos, los animales silvestres e incluso a las reservas de agua dulce de la zona, y son varias las organizaciones ambientales que apuntan directamente contra las decisiones políticas como causa de este tipo de desastres: desde el modelo agrario y la industria ganadera hasta los intereses inmobiliarios y el desinterés por parte del Estado.
