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Columnistas

Australia y la redonda: ¿Cuánto les importa el fútbol a los rivales de la Scaloneta?

Una de las características más sonadas del Mundial de Qatar es que han habido partidos generalmente parejos en resultado, con varias sorpresas y la sensación que la brecha entre selecciones se ha ido recortando, más allá que casi todos los favoritos han clasificado a octavos de final. Una de las decepciones fue Dinamarca, semifinalista en la Eurocopa 2021. Quien lo eliminó fue Australia, que le ganó 1-0 en el cierre de grupos y pasó a la próxima ronda por segunda vez en su historia. La gran mayoría de sus futbolistas juegan en Europa, aunque un tercio lo hace en el torneo local, la A-Legue, creada hace casi 20 años, con capitales extranjeros fuertes, un sistema de juego como la NBA, pero que todavía no puede pisar fuerte en Asia.

Los comienzos

Hasta 1977, cuando se creó la National Soccer League, NSL, el fútbol no tenía un torneo nacional, se organizaba en estamentos estatales y con equipos amateurs. Eso no impidió que algunos futbolistas entre los años ´80 y ´90 pudieran emigrar a campeonatos profesionales como los hermanos Tony y Aurelio Vidmar o Frank Farina que jugaron en Europa. Ellos estuvieron en el repechaje de 1993 contra Argentina que significó la vuelta de Diego Maradona al seleccionado y el boleto al Mundial de Estados Unidos. Esa serie la jugó Graham Arnold, actual entrenador aussie, que también fue parte del primer partido entre ambos en 1988 con victoria 4-1 para los oceánicos contra el equipo de Carlos Bilardo, entonces campeón del mundo. Arnold, que como futbolista estuvo en Bélgica y Países Bajos, dirigió a Sidney FC y a Central Coast Mariners, con los que fue campeón. En este último festejó el título con Trent Sainsbury, marido de su hija Elissa, a quien dejó fuera de la lista para el Mundial de Qatar en el último corte.

En la década de los ´80 se hicieron distintos cambios para no chocar en calendario con el rugby y el fútbol australiano, los deportes masculinos más populares del país y actualmente se juega entre noviembre y mayo para evitar los meses fríos. Sin embargo la NSL no terminaba de penetrar en todo el país, por la competencia con otros deportes y la falta de interés en los centros urbanos que no eran Sidney y Melbourne, las dos más pobladas de un país con un alto componente de comunidades de inmigrantes británicos e italianos y que tenían la mayor cantidad de equipos.

La renovación

En 2004 Football Australia, la AFA de ellos, decidió reversionar el torneo, cambiar su nombre por A-League y profesionalizarla para reemplazar a la NSL. Al principio eran ocho equipos, en un sistema cerrado de franquicias, siete australianas y una de Nueva Zelanda, sin descensos ni ascensos, que limitaba a un club por ciudad por los primeros cinco años para que no haya concentración y la creación de un “jugador franquicia” para atraer estrellas extranjeras. Así fueron llegando mundialistas como el brasilero Romario, el italiano Alessandro Del Piero, el australiano Archie Thompson o el triniteño Dwight Yorke, campeón de la primera temporada en 2006 con Sidney FC.

En 2004 Football Australia, la AFA de ellos, decidió reversionar el torneo, cambiar su nombre por A-League y profesionalizarla para reemplazar a la NSL. A

Actualmente son doce equipos, once de Australia y uno de Nueva Zelanda, se juegan veintiseis fechas, donde se declara un campeón de temporada regular y la mitad clasifica a los playoffs por el título absoluto. Los dos primeros se meten directo en semifinales, mientras que los otros cuatro se eliminan en dos series para completar la llave. Son juegos de ida y vuelta, salvo la final que es a partido único.

Como todas las ligas del mundo, suspendió su actividad antes de la Copa del Mundo, cuando llevaban jugadas seis fechas de la temporada. El campeón vigente es Western United, que derrotó en la final a Melbourne City, actual puntero y uno de los doce que posee el City Group de Emiratos Árabes. Tras la compra del Manchester City británico y la creación del New York City de la MLS, en 2014 los emiratíes posaron sus ojos en Australia y se quedaron con el Melbourne Heart, fundado en 2009. De los veintiséis futbolistas del plantel mundialista, ocho juegan en la A-League y tres en el City, entre ellos Mathew Leckie, autor del gol contra Dinamarca que los clasificó a octavos de final y uno de los experimentados del equipo.

La presencia del Grupo City empodera a la liga, que cuenta con muchos dueños entre el empresariado australiano y neocelandés o como el caso del Brisbane Roar cuyo propietario es el Bakrie Group de Indonesia, que tiene inversiones en energía, minería, medios de comunicación, agricultura y telecomunicaciones. Dentro del Congreso de Football Australia solo ocho de las doce franquicias tienen derecho a voto, con la excepción de Wellington Phoenix, por ser de Nueva Zelanda, Newcastle, Macarthur y Western United, estos dos, los últimos en sumarse.        

Con mirada global   

En 2006 Australia firmó su ingreso a la Confederación Asiática de Fútbol para ganar en roce, ya que dentro de Oceanía no había posibilidad de crecimiento y tampoco de obtener un plaza directa a los mundiales. Ese año jugó su último repechaje como oceánico y derrotó por penales a Uruguay para viajar a Alemania, donde se metió por única vez a octavos de final y cayó contra Italia, el futuro campeón. Desde entonces no ha faltado a ninguna Copa del Mundo, aunque para Qatar tuvo que eliminar primero a Emiratos Árabes y después a Perú en la repesca entre Asia y Sudamérica. Ese ingreso le permitió empezar a competir en la Copa Asiática, que ganó en 2015, y también que los equipos de la A-League clasifiquen a la Liga de Campeones, con la excepción de Wellington, que juega en el torneo local como invitado y es parte de la Confederación Oceánica de Fútbol. En 2014 el Western City Wandereres se convirtió en el primer y único equipo que ganó la Liga de Campeones cuando derrotó en la final a Al Hilal de Arabia Saudita, el máximo campeón de la historia, que se quedó con la última edición.

El cruce con Argentina será el octavo entre ambos y segundo por un torneo oficial. El historial habla de una derrota, un empate y cinco victorias para el seleccionado que se quedó con el último, un 1-0 en Sidney en 2007 con gol de Martín Demichelis y donde jugó Lionel Messi. El antecedente más reciente, aunque dentro del fútbol olímpico, fue el año pasado cuando los aussies ganaron 2-0 en el debut en Tokio. Alexis MacAllister fue el único del plantel en Japón, mientras que ocho de los australianos que están en Qatar estuvieron bajo las órdenes de Arnold que recordó este partido y dijo que su equipo podía dar la sorpresa este sábado.

En 2010 Australia se quiso quedar con la sede del Mundial, pero fue uno de los derrotados por Qatar. El año que viene recibirá el torneo femenino junto con Nueva Zelanda y amaga con buscar ser anfitrión en 2030 o 2034 del masculino. Mientras tanto continúa solidificando su liga local, con el norte puesto en tener mejores equipos, ser más fuertes en la región y trasladarlo a su seleccionado.