En seis días empieza el Mundial de Qatar y vuelven al centro de la escena las críticas por el conservadurismo y la vulneración de derechos humanos en el país organizador. Los cantantes Dua Lipa y Rod Stewart se negaron a presentarse en el evento deportivo más importante y el youtuber español Ibai Llanos también rechazó una oferta de la Selección española de viajar con ellos.
En una editorial, el diario The Guardian sostuvo que el "sportwashing" (usar eventos deportivos para mejorar la imagen del país) no fue suficiente en esta oportunidad. El medio británico ejemplificó la afirmación con el trato que le brindaron a trabajadores inmigrantes durante la construcción de los estadios donde se celebrará la Copa del Mundo.
Otro ejemplo evidente son las leyes y los castigos a la homosexualidad o hacia conductas o demostraciones de afecto que puedan asociarse a cualquier otra cosa que no sean las dinámicas heterosexuales tradicionales.
Las declaraciones homofóbicas más recientes las brindó el exfutbolista más importante de la historia de Qatar y embajador del Mundial 2022, Khalid Salman, quien afirmó que la homosexualidad "es un daño mental".
No solo los futbolistas británicos están insatisfechos con Qatar como sede de la Copa del Mundo, sino quien tomó esa decisión también. El expresidente de la FIFA Joseph Blatter afirmó que la decisión de darle la Copa Mundial 2022 a Qatar fue un "error".
Las personas más optimistas sostienen que es una oportunidad para que el Mundial funcione como incentivo para mejorar los derechos humanos del país organizador. Sin embargo, las experiencias con los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi en 2014 y la Copa del Mundo de Rusia 2018 demuestran que lo más probable es que no vaya a suceder.
La FIFA creyó que lo más conveniente era pedirle a los futbolistas recordar "que su trabajo no es dar lecciones morales y que el juego no debe ser arrastrado a todas las batallas ideológicas y políticas". Consejo que enfureció a diez equipos europeos, entre ellos Inglaterra y Gales, que respondieron: "Los derechos humanos son universales y se aplican en todas partes".
Además, esas diez selecciones le hicieron una contrapropuesta a la FIFA. Le pidieron dos promesas que la organización más importante del fútbol ni respondió: "un fondo de compensación y un centro para trabajadores migrantes".
El capitán de la Selección de Inglaterra, Harry Kane, será uno de los que usará un brazalete arco iris durante los partidos. La intención es llamar la atención sobre la vulneración de los derechos de las personas LGBT+ en Qatar.
En su editorial, The Guardian concluyó: "Al menos algunos jugadores y funcionarios se están dando cuenta de que el fútbol debe mejorar".