Cuando la pasaron a buscar sus abogados para llevarla a Comodoro Py, donde tenía que prestar declaración indagatoria por su responsabilidad en el intento de asesinato contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, Brenda Uliarte solo le hizo una pregunta a su defensa. "Me cagué la vida, ¿no?"

Uliarte, de ser encontrada culpable como instigadora del atentado, podría ser condenada a más de diez años de prisión por los delitos de intento de homicidio agravado y premeditación. Mientras la investigación avanza, la situación se vuelve cada vez más compleja para Uliarte. Agustina Díaz, su amiga, contó que la acusada odia a la expresidenta y admitió que había hablado con ella, por WhatsApp, sobre matar a la dirigente peronista.

Uliarte, de ser encontrada culpable como instigadora del atentado, podría ser condenada a más de diez años de prisión por los delitos de intento de homicidio agravado y premeditación.

El descubrimiento de los mensajes que Uliarte había intercambiado con Díaz también agravan su situación legal. Según explicaron desde el entorno de la acusada, ella todavía no entendió lo que le va a pasar. "No por desconocimiento de los hechos, sino por dimensionar la gravedad de los mismos", dijeron, según informó Clarín.

En los días que Uliarte pasó detenida, el único pedido que realizó fue por ropa. Según informó Clarín, solo la visitó su padre, y no preguntó en ningún momento sobre Fernando Sabag Montiel, su pareja y el autor material del intento de asesinato.

Díaz, mientras tanto, afirmó que su amiga es una persona "muy fantasiosa, muy manipuladora y muy mentirosa". Añadió: "Pensé que eran delirios místicos y libertadores que ella tenía, porque en varios mensajes se muestra que yo digo de cómo puede hacer eso".