Fabricio Martínez, sindicado líder de la barra brava del club Deportivo Laferrere, fue herido de al menos cuatro balazos cuando dos sicarios en moto le efectuaron más de treinta disparos mientras se trasladaba en un automóvil por la localidad bonaerense de González Catán. Las autoridades sospechan que se trató de un ajuste de cuentas.
El hecho ocurrió durante la mañana del viernes, en la esquina de las calles Inca e Intendente Pedro Russo, en dicha localidad del partido de La Matanza, en el sudoeste del Gran Buenos Aires.
Voceros judiciales y de la fuerza informaron que el líder de la barra brava del Deportivo Laferrere y vinculado al Sindicato de la Carne, identificado por la Policía como Fabricio Martínez, de 33 años, se movilizaba en un auto Volkswagen Vento de color gris, cuando al llegar a ese cruce fue interceptado por dos motociclistas encapuchados.
En ese momento, los sicarios le efectuaron más de 30 disparos y al menos cuatro de ellos impactaron en el cuerpo del hombre, que perdió el control del vehículo y chocó contra otro rodado.
Luego, los atacantes huyeron del lugar, mientras que la víctima fue trasladada de urgencia por familiares al hospital Simplemente Evita del Kilómetro 32, donde fue intervenido quirúrgicamente por las heridas de arma fuego que sufrió y anoche permanecía internado fuera de peligro.
Si bien en un principio los investigadores creían que se trató de una tentativa de robo, a raíz de la gran cantidad de disparos que se efectuaron esa hipótesis fue descartada y todo apunta a un ajuste de cuentas, informaron fuentes judiciales.
Sucede que, de acuerdo a lo informado, Martínez ya había sido atacado a tiros por los sicarios al salir de su casa, y luego de huir fue alcanzado a unas seis cuadras, donde finalmente resultó herido.
En el lugar del hecho trabajaron efectivos de la comisaría 2da. de González Catán y del Grupo Táctico Operativo (GTO) de la Sub Estación Sur de La Matanza.
La causa quedó a cargo del fiscal Fernando Garate, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 descentralizada de Gregorio de Laferrere, que aguardaba la evolución del estado de salud del barrabrava para tomarle declaración, entre otras medidas que dispuso para esclarecer el hecho.