El roce entre Red Bull y Mercedes en la recta final de la temporada de la Fórmula 1 no parece tener descanso. A falta de tres carreras para el final, la temperatura y la tensión tocan su punto máximo.
La conferencia de prensa de jefes de equipo que se llevó a cabo en la previa del Gran Premio de Qatar tuvo como protagonistas a Chris Horner junto a Toto Wolff y no faltaron las polémicas declaraciones hacia su homólogo de la escudería contraria.
Horner fue el primero en atacar al reiterar sus sospechas de que Mercedes pudo haber ganado un rendimiento extra en línea recta mediante el uso de un alerón trasero engañoso. El alemán sugirió que durante el reciente fin de semana, durante el GP de Sao Paulo, Mercedes tenía una ventaja de velocidad en las rectas inusualmente grande. Dichos enviones fueron fundamentales para que Lewis Hamilton se recupere de sus penalizaciones en la parrilla de salida para finalmente ganar la carrera.
También sugirió que Red Bull está más preocupado por las dos últimas carreras de la temporada en Arabia Saudita y Abu Dhabi, donde la baja resistencia y el rendimiento en línea recta son más importantes. “¿Protestaría? Sí, absolutamente. Si creemos que el coche no cumple con la reglamentación, protestaremos. Las velocidades en recta que vimos en México y en Brasil. Quiero decir, creo que todos pudieron ver que la de Brasil no era una situación normal”, disparó Chris sentado a pocos metros de Toto.
Wolff se encargó de esquivar las acusaciones argumentando que la decisión de la FIA fue exactamente la que esperaban. “Era completamente esperado. Queríamos iniciar una discusión al respecto porque probablemente será un tema recurrente en las próximas carreras. Realmente no pensamos que llegaría más lejos”, explicó en defensa a Mercedes. Y agregó al respecto: “La diplomacia se acabó”.
El origen de la rivalidad
La rigurosidad que existe entre los dos jefes de equipo se extiende más allá de las últimas batallas en la sala de los comisarios y ya llega a una rivalidad mucho más profunda que se remonta a varios años.
Cuando se le preguntó de dónde provenía el malestar, Wolff explicó: “Creo que la competencia es demasiado alta. No puedes esperar que vayas a cenar con tu rival o con un equipo rival o tu enemigo en esa competencia deportiva, independientemente de las personalidades y los personajes. Todo lo demás no sería normal. Es tan simple como es. Sin emoción negativa, sin emoción positiva, las emociones son bastante neutrales”.
A la misma pregunta, Horner lo planteó desde una perspectiva distinta. “Mira, Toto y yo somos personajes muy diferentes. Operamos de diferentes maneras y, creo, ¿voy a pasar la Navidad con Toto? Probablemente no. Pero creo que, desde mi perspectiva, es una competencia dura, esa es la Fórmula Uno. No tienes que ser el mejor amigo de tus oponentes, ¿cómo puedes serlo? Creo que sería deshonesto en muchos aspectos fingir una fachada cuando están compitiendo entre sí. Así que eso es lo que yo diría“, argumentó el de Red Bull.
“Creo que la relación y el respeto son dos cosas diferentes”, agregó Chris. “Por supuesto que hay respeto por todo lo que ha hecho Mercedes y hay respeto por todo lo que ha hecho Lewis Hamilton, pero no necesito ir a cenar con Toto o besarle el trasero ni nada de eso. Pero desde mi perspectiva es una competencia. Creo que es genial que estemos en esta posición y luchemos por los campeonatos del mundo, y es la primera vez en siete años que han sido desafiados, así que eso lo intensifica”, concluyó sobre el tema de manera polémica.
El Circuito Internacional de Losail está listo para recibir un nuevo capítulo de la rivalidad que protagonizan Lewis Hamilton y Max Verstappen. El neerlandés lidera el ranking 332.5 puntos y lo persigue el británico con 318.5 unidades sumado a una gran esperanza de arrebatarle el liderazgo en la recta final de carreras.