Una increíble batalla campal se desarrolló ayer cuando finalizaba el partido entre Defensor Sporting y River Plate por la octava fecha del campeonato de primera división de Uruguay. La trifulca se generó en el campo de juego y siguió hasta los vestuarios, a puro golpes de puño y patadas.

El estadio Luis Franzini de Montevideo fue escenario del triunfo del conjunto local por 2 a 1 en el Torneo Apertura 2024, pero el resultado terminó siendo anecdótico debido al escandalosa pelea que se desató con el pitazo final: discusiones, insultos y empujones que derivaron en las primeras agresiones físicas.

La jugada que generó la bronca fue cuando Cristian Almeida, de River, arremetió fuerte contra el arquero de Defensor Sporting, Kevin Dawson. Más tarde, Octavio Rivero, quien convirtió los dos goles del local, también hizo una falta y luego pateó el balón lejos, alterando al arquero visitante, Yonatan Irrazábal, quien fue y pechó a su rival.

Las discusiones e insultos derivaron en empujones que luego terminaron en piñas. No conforme con agarrarse a trompadas en la cancha. En una de las fuertes agresiones se pudo ver a Sebastián Guerrero, de Defensor, tirándole una patada voladora al rival Matías Alfonso.

Ignacio Ithurralde, entrenador de River Plate, intentó controlar a Guerrero y pudo llevarlo por la fuerza a los vestuarios. Sin embargo, allí continuaron los problemas, ya que un empleado de Defensor Sporting también se tomó a golpes de puño con Almeida. También se lo pudo ver repartir trompadas al otro jugador Darsenero, Ramiro Cristóbal.

Los efectivos policiales y personal de seguridad no dieron a basto e incluso se vio como uno de los accesos a los vestuarios fue forzado y varios simpatizantes pudieron ingresar a la zona de camarines. Se trata del segundo hecho de violencia en el fútbo de Uruguay en los últimos días, cuando unas agresiones a árbitros asistentes desencadenaron un paro del gremio de réferis.