El Vaticano publicó un texto en el que volvió a criticar el aborto, la maternidad subrogada y el cambio de sexo. El comunicado, llamado "Una infinita dignidad" y avalado por el papa Francisco, está dedicado al respeto de la "dignidad humana".

El documento considera que la gestación subrogada "entra en contradicción total con la dignidad fundamental de todo ser humano" y que "la aceptación del aborto en la mentalidad, costumbres y en la propia ley refleja una crisis muy peligrosa de la moral".

El Vaticano, además, hizo una distinción entre las cirugías de transición y las "anomalías genitales" presentes en el nacimiento o que se desarrollen más tarde y aceptó "resolver" esas anomalías con ayuda de profesionales médicos: “Toda operación de cambio de sexo, por regla general, (corre) el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción”.

En este sentido, reiteró su rechazo de la “teoría de género”, o la idea de que el género de una persona puede cambiar. Afirmó que Dios creó al hombre y la mujer como seres distintos con diferencias biológicas y dijo que la humanidad no debería interferir con ese plan ni tratar de “convertirse en Dios”.

En una posición que no se había formulado antes, el Vaticano afirma que la gestación subrogada viola tanto la dignidad de la gestante como del bebé. Aunque buena parte de la atención sobre esta práctica se ha centrado en la posible explotación de mujeres pobres, el documento del Vaticano se centra más en el bebé resultante.

“El niño tiene derecho (…) a tener un origen plenamente humano y no inducido artificialmente y a recibir el don de una vida que manifieste, al mismo tiempo, la dignidad de quien la da y de quien la recibe. En este sentido, el deseo legítimo de tener un hijo no puede convertirse en un ‘derecho al hijo’ que no respete la dignidad del propio hijo como destinatario del don gratuito de la vida”, indicó el documento.