A las alertas sobre los profundos daños que el actual Gobierno está perpetrando contra el sistema científico, tecnológico y universitario nacional, se sumó en los últimos días el mensaje de Marisa Censabella, la ahora ex directora del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCYT) a quien no le renovaron el contrato. Al momento de su salida, la investigadora del CONICET advirtió sobre el peligro que corren los proyectos de investigación en ciencia, los inminentes nuevos despidos en el sector y la falta de rumbo y conocimiento de parte del Gobierno en materia científica.
“Les informo que a partir de la fecha cesan mis funciones como Directora Nacional del FONCYT. Las DN poseen designaciones transitorias que se prorrogan cada 180 días hábiles y dado que el próximo vencimiento de la mía es el lunes 25/3, la Presidenta de Agencia (I+D+i), Alicia Caballero, me comunicó que no la prorroga. La razón expresada es que se proyectan grandes cambios para el FONCYT que, se estima no voy a compartir”, escribió Censabella cuando dejaba su puesto clave en el área de la ciencia.
Cabe aclarar que el FONCYT es el principal fondo de apoyo a la ciencia básica y aplicada del país, encargado de administrar más de 6 mil proyectos y de impulsar actividades tanto en el CONICET como en universidades públicas y privadas. En su carta, la ahora exdirectora sostuvo que es su “obligación” dar aviso sobre “dos situaciones urgentes” que afectan gravemente al organismo.
En síntesis, habrá nuevos despidos y los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT) podrían cortarse. Estos últimos consisten en subsidios otorgados a determinados proyectos, bajo la estricta evaluación de científicos y tecnólogos experimentados, y componen el principal instrumento de financiamiento de la investigación de nuestro país. Como denunció Censabella, las autoridades se están demorando en adjudicar cerca de 1600 becas de investigación sin razón aparente, dado que “a pesar de los magros presupuestos que impone la situación económica actual, se cuenta con los fondos para afrontarla”.
“Se esperan más despidos”, alertó también la investigadora. “La Agencia sigue siendo un organismo descentralizado, razón por la cual no se justifica el desmantelamiento de las áreas de apoyo (comunicación, legales, sistemas, administración). En el mes de enero se desvinculó a 35 personas y otras 16 han renunciado o están por hacerlo por la quita de horas extra, unidades retributivas y por las nuevas condiciones de trabajo que no se condicen con la dinámica de productividad por metas que ha caracterizado al organismo en los últimos años”, agregó.
"No tienen ninguna experiencia ni trayectoria en la ciencia"
En diálogo con Ámbito, la investigadora explicó que “hay una bajada de línea” según la cual “hay que obedecer absolutamente todo” lo que dispone el Gobierno. “Hay una negativa muy grande y poca escucha para con los profesionales que conocemos el área y el impacto que tienen los instrumentos en la comunidad científica”, remarcó.
Dicho esto, sostuvo que las medidas del gobierno de Milei en materia de ciencia “son más de destrucción que de construcción de algo nuevo” e ilustró: “Yo hablaba con el secretario Alejandro Cosentino y la subsecretaria Paula Nahirñak. Supuestamente eran reuniones de trabajo, pero no se trabajaba. Era simplemente escuchar un discurso de que había que alinearse a la nueva gestión sin especificar hacia dónde íbamos”.
En igual sentido, destacó que los funcionarios actuales “no tienen ninguna experiencia ni trayectoria en la ciencia” y agregó: “Pregunté muchas veces cuál era el rumbo. Manifesté que había que transmitirlo a los investigadores, pero me decían que todavía no era el momento. La sensación es que no saben hacia dónde va el sistema científico”.
Por último, la exdirectora del FONCYT detalló que la orden de no ejecutar las partidas llegaba directamente desde la Jefatura de Gabinete, a cargo de Nicolás Posse, desde donde se controlaban “todos y cada uno de los movimientos” pese a que la Agencia I+D+i es un organismo descentralizado.
