La actriz Camila Perissé, quien supo ser una de las sex symbol más emblemáticas de la década del 80, murió este mediodía en el hospital Español tras años de lucha contra una delicada situación de salud. La triste noticia fue confirmada por el marido de la actriz a través de sus redes sociales.

“Quiero informarles a todos los que han querido y respetado a mi compañera, a mi amiga, a mi amor, que ya se fue, ya está caminando por la calle Corrientes. Se me fue, carajo. ¿A dónde estás, mi amor?”, escribió Julio "Chino" Fernández en sus redes sociales. Acompañó la publicación con una foto de su esposa en blanco y negro.

Más tarde, agradeció a sus familiares y amigos por el apoyo que recibió en este último tiempo: “Gracias por todos los mensajes de cariño y apoyo. Los llamaré. Ustedes fueron nuestro apoyo y nunca me olvidaré. Qué estén bien”.

Además, el marido de Perissé aprovechó y les pidió ayuda a sus seguidores para recaudar dinero y poder hacer frente a los gastos del velatorio de su amada: “Necesito ayuda, por favor. Me pidió que la cremara y la llevara a su Mar del Plata y yo ni siquiera tengo para comer”. Acto seguido, compartió los datos de su cuenta: Banco Nacion - Caja de ahorro - CBU 0110350030035030866347.

La actriz había sido internada la semana pasada a causa de una neumonía. Desde el entorno de Camila Perissé habían revelado que le habían diagnosticado una neumonía terminal y que “su muerte era inminente”. Había sido diagnosticada con una fibromialgia en 2018, y desde entonces luchaba contra la enfermedad.

Quién fue Camila Perissé

Camila Porro, el verdadero nombre de Camila Perissé, nació en Mar del Plata el 1° de enero de 1954 y a los seis años se mudó con su familia a Capital Federal. Durante su infancia, combinó los estudios académicos con las primeras señales artísticas, y a los 15 años se recibió de Profesora de Danzas Nativas.

Estudió teatro con los profesores más prestigiosos de ese momento y debutó en el escenario con Despertar de Primavera. La gran popularidad le llegó con la televisión, como la partenaire de Tato Bores, con quien estuvo en los ciclos Tato vs. Tato, Extra Tato y Tato Diet. De ahí fue derecho a las tapas de revistas y se convirtió en el sex symbol de una generación.

Sin embargo, la fama trajo consigo problemas: droga, depresión y más tarde, el olvido. A partir de 1984 las revistas dejaron de hacerle notas por sus trabajos y su presencia para contar historias de droga, depresiones y hasta intentos de suicidio. Así comenzó una etapa bastante triste de su vida, en la que dejó una frase demoledora: “Ese minón cuyo culo fue deseado por millones de argentinos, también necesitaba una caricia”.

Como la caricia no llegaba, las internaciones y problemas derivados de su situación se multiplicaban. Su vida empezó a cambiar cuando conoció al Chino Fernández, quien se dignó a darle la ayuda que necesitaba, y así se convirtieron en una pareja inquebrantable hasta el último día.