En octubre se realizarán las elecciones municipales de Brasil 2024, el primer desafío electoral de la nueva presidencia de Lula da Silva. Tendrá que enfrentarse una vez más al bolsonarismo, que se reconstruye luego de la dura derrota electoral de su líder y sus posteriores problemas judiciales.
En esas elecciones se renovarán los alcaldes de 5.568 municipios, y son consideradas un termómetro de la gestión del gobierno federal que sucede llegando a la mitad del mandato de cuatro años. Ahora, se volverán a enfrentar la amplia coalición progresista que dirige Lula con la derecha, liderada por Jair Bolsonaro.
En el último Congreso del Partido de los Trabajadores (PT), el presidente planteó: "No sabemos cómo será esa elección, pero sinceramente creo que será otra vez Lula contra Bolsonaro, disputando en los municipios". Siguió: "Tendremos que demostrar que es mejor vivir en democracia que con autoritarismo".
Bolsonaro, que está inhabilitado para presentarse a cargos electorales por 8 años, afirmó que las elecciones municipales funcionarán como una plataforma para "defender su legado" y recuperar el voto de los sectores más conservadores de Brasil.
El líder de ultraderecha está recorriendo el país desde mediados del 2023, preparando a su partido, el Partido Libertario, para las elecciones municipales, buscando tener candidatos propios en al menos 3.000 de las 5.568 ciudades.
El objetivo es ganar las elecciones en, como mínimo, mil municipios, y darle potencia a la derecha bolsonarista para las elecciones del 2026, cuando Bolsonaro tendrá que decidir qué candidato presenta, ya que no puede presentarse.
Lula también está en campaña, y su apuesta más importante es San Pablo, la ciudad donde el presidente inició su carrera política en los 80'. En las últimas presidenciales, la ciudad votó mayoritariamente a Bolsonaro, pero el dirigente del PT apuesta a reconquistarla de la mano de Guilherme Boulos, un dirigente socialista, de 41 años, del Movimiento Sin Techo.
