El inmenso DNU que Javier Milei presentó el miércoles pasado incluye reformas al funcionamiento del estado y al sistema laboral, tocando incluso las licencias por maternidad, incluidas en el artículo 177 de la Ley Nº 20.774 de Contrato de Trabajo.

Antes del decreto, la ley prohibía que las personas embarazadas trabajen "durante los cuarenta y cinco días anteriores al parto y hasta cuarenta y cinco días después del mismo". Con las medidas de Milei, la licencia previa se puede reducir hasta los diez días anteriores al parto, mientras que el resto del período quedará para después del parto. En caso de un nacimiento prematuro, los 90 días de licencia se acumularán para después del parto.

Además, la trabajadora embarazada deberá comunicar su embarazo al empleador junto a un certificado médico que incluya la fecha presunta del parto, o requerir su comprobación por el empleador. El decreto mantiene la obligación de la estabilidad de empleo para las personas que requieran esta licencia.

Finalmente, concluye: "En caso de permanecer ausente de su trabajo durante un tiempo mayor, a consecuencia de enfermedad que según certificación médica deba su origen al embarazo o parto y la incapacite para reanudarlo vencidos aquellos plazos, la mujer o persona gestante será acreedora a los beneficios previstos en el artículo 208 de esta ley".