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Sociedad

Murió el filósofo Toni Negri, uno de los referentes del neomarxismo

Toni Negri

Este 16 de diciembre falleció a los 90 años el filósofo italiano Toni Negri, uno de los impulsores del pensamiento posobrerista que revolucionó el campo de las ideas y del marxismo, con la publicación de su libro Imperio, junto a Michael Hardt.

El oriundo de Padua, vivió el fascismo y la segunda guerra mundial durante su infancia, militó en el Partido Socialista durante su juventud e integró la redacción de Classe Operaia, una revista que se publicó entre 1964 y 1967 dirigida por Mario Tronti y que dio nacimiento al Operaismo.

Se trataba de una corriente de pensamiento marxista heterodoxa que se enfocaba en el llamado "punto de vista" de la clase obrera. La revista buscaba alejarse de la prédica del Partido Comunista Italiano (PCI), que por entonces dominaba el campo de la izquierda, y abocarse al estudio de la composición de la clase trabajora,

La renovación teórica del operaismo llevó a considerar la dinámica del capitalismo como una reacción del capital al carácter activo de la clase obrera, de manera que cada reestructuración económica era una respuesta del capital a la lucha de los trabajadores.

El movimiento operaísta desembocó en el autonomismo, un movimiento izquierdista que acusaba al PCI de cogobernar Italia con la Democracia Cristiana. Negri fue un activo impulsor de dicho movimiento, que se hizo presente entre 1969 y 1977 en la escena política italiana.

Toni negri (derecha) sosteniendo de un lado la bandera de la organización Potere Operario, perteneciente al movimiento autonomista.

Sin embargo, tras el atentado realizado por las Brigadas Rojas (un ala extremista del movimiento autonomista) contra el entonces presidente Aldo Moro, la reacción no tardó en llegar, e importantes autoridades políticas acusaron a Negri de formar parte del atentado.

El filósofo cayó en preso en Rebibbia en 1979. Pero allí no perdió el tiempo. Al contrario, pasó sus días y sus noches escribiendo La Anomalía Salvaje, libro con el que buscó renovar la teoría marxista. El escrito es un colosal intento por desligar la dialéctica hegeliana de la lectura de Marx para acercar al materialismo histórico al materialismo afectivo de Spinoza, un filósofo del siglo XVII que desde 1968 había sido redescubierto por diversos pensadores franceses como Louis Althusser y Gilles Deleuze. El libro no sólo significaba una renovación del marxismo, sino una autocrítica a las luchas del autonomismo italiano en la década del 70.

La muerte no existe, le digo con una mentira. Cuando nos vamos, que nuestros miembros se enfríen es una ilusión; se convierten más bien en una centella y en un movimiento de ese deseo caótico, de aquella llama que nos ha generado.

Toni Negri

Dichos pensadores franceses consiguieron que el gobierno de Francia le ofreciera a Negri darle asilo político. Así, vivió 14 años en suelo galo, escribiendo y enseñando. El filósofo publicó El Poder Constituyente, libro donde continúa la tesis formulada en La Anomalía Salvaje.

En el 2000, coescribió junto a Michael Hardt el libro Imperio, libro que resultó un best-seller total y al que el propo Slavoj Zizek llamó en su momento "el Manifiesto Comunista del siglo XXI". Allí, los dos pensadores buscaban analizar la dinámica del capitalismo global contemporáneo bajo los lentes del Capital de Marx y la biopolícia conceptualizada por Foucault.

El libro cargaba con osadas hipótesis. Como la idea según la cual la caída de la Unión Sovíetica traía una transformación del capitalismo, ahora plenamente globalizado, que llevaba al debilitamiento de los estados-nación y al agotamiento del imperialismo del que hablaba Lenin, para alcanzar una nueva fase dominada por el imperio de las finanzas globales.

En ese sentido, también sostenían que la clase obrera fordista que había primado en el siglo XX se había agotado y profetizaba la emergencia de un nuevo sujeto revolucionario: la multitud. Se trataba de una clase social compuesta por las nuevas relaciones precarias de producción así como las nuevas dinámicas horizontales de lucha social que aparecía a lo largo del nuevo milenio.

El libro tuvo una fuerte repercusión en América Latina y en Argentina, alimentando fervorosas discusiones teóricas de diversos grupos de investigación y militancias. A Imperio le sucedieron los libros Commonwealth y Multitud, como volúmenes que continuaban lo escrito en el primer libro.

En los últimos años de su vida, Toni Negri se dedicó a escribir su autobiograía que fue editada en dos tomos por la editorial argentina Tinta Limón bajo los títulos Historia de un comunista y Cárcel y Exilio. Allí Negri repasa su vida de un modo singular. El filósofo italiano comienza su autobiografía respondiendo a una pregunta que alguna vez le hizo su hija.

«¿Papá, qué quiere decir morir?», me pregunta mi hija.
La muerte no existe, le digo con una mentira. Cuando nos vamos,
que nuestros miembros se enfríen es una ilusión; se convierten
más bien en una centella y en un movimiento de ese deseo caótico,
de aquella llama que nos ha generado. Morir no duele, no es real:
lo que duele es fantasear sobre la muerte. No hay que tener miedo:
cuando vivimos, la muerte no está...
La vida es una lucha, implacable y feroz, contra la muerte.

La respuesta de Negri tiene un implícito tono spinozista. En efecto, era el propio Spinoza quien aseguraba, en base a su filosofía, que la muerte siempre viene desde afuera como algo exterior a nosotros. Negri busca reponer aquel ético deseo de vivir sponizta a lo largo de todo su libro.

A pesar de que su cuerpo ahora comienza el proceso de deshacerse hasta convertirse en polvo, su inteligencia vive, como diría el propio Spinoza, bajo la especie de la eternidad.