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Deportes

El Indio Solari bancó a Riquelme en medio del conflicto en Boca

Indio

El conflicto por las elecciones suspendidas en Boca sumó un nuevo capítulo. El Indio Solari expresó su apoyó a Juan Román Riquelme de manera pública por intermedio de un audio que difundió la cuenta oficial del ídolo xeneize en redes sociales.

"Aló Román, habla Indio", comienza el audio del mítico cantante de Los Redondos, reconocido hincha de Boca. "Quería apoyarte porque te lo merecés y sé de tu honestidad y capacidad. Entonces quiero apoyarte en esta campaña desleal que te están haciendo”.

En este sentido, el músico agregó: "Vos sabés lo que te quiero y lo que te admiro. Y lo que te he admirado cuando eras jugador y que te admiro también por tu conducta al frente de lo que te toca en Boca. Y bueno, esto te lo digo aparte porque yo soy bostero".

Así, con la frase que Riquelme eligió para llamar a su agrupación (Soy Bostero), tomada de la canción que más le gusta de la hinchada, según afirmó en el banderazo del domingo, la palabra del Indio se funde con su tema Queso Ruso, para dar lugar a una serie de imagenes y declaraciones de los socios e hinchas de Boca que fueron a apoyar al ídolo del club.

Esta no es la primera vez que el ex líder de Los Redonditos de Ricota hace alusión a Riquelme, ya que en 2017 había asegurado que “es una persona muy agradable en la intimidad”, y que se debían un asado. Eso ocurrió al año siguiente, cuando se reunieron en casa del exfutbolista.

“Hace mucho tiempo que me venía invitando a comer. Pasamos un lindo momento. Hablamos seguido. Hemos estado un par de horas juntos, nos divertimos mucho. Va a ser inolvidable que me haya tratado de esa manera”, dijo tras ese encuentro el músico.

Además, el Indio Solari le supo dedicar un hermoso texto a Riquelme en su autobiografía, "Recuerdos que mienten un poco":

“Un artista, creo yo, casi desconociendo tal magnitud y aceptando con gratitud ser un músico popular, tiene el deber de cruzar la frontera del sentido común de la sociedad donde se manifiesta. Visitar esa tierra incógnita la veces que sea necesario para así observar la vida desde un estado de conciencia que escapa con paso rápido de las tradiciones, del legado de los muertos. Sus recompensas son la soledad, el viento recio y transitorio de la pasión y las borracheras provocadas por la belleza ocasional.

Probablemente no consiga nunca que su destino sea nada más que el eco de sus deseos. Debe, entonces, ser lo suficientemente valiente como para que el temor no le impida a su apetito amoroso exponer lo que cree que debe expresar. Aceptará que su destino sea relativo pasajero y violento. Sus emociones, sus reflexiones y sus juicios personales, si no toma por asalto la esquiva belleza, no son nada. De lo extraordinario y extraño debe nutrirse su estilo (que nunca es neutral).

Ahora bien, luego de todo este parloteo con el que he jugado a describir lo que no me es propio, recién ahora veo que una definición ejemplar y clara me llega para acabar con este intento en vano. Y digo entonces: UN ARTISTA ES ROMÁN”.