Durante la noche de este miércoles falleció el exsecretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger, a los 100 años de edad. Su empresa de consultoría confirmó el deceso, aunque no ofreció detalles sobre la causa de la muerte. “El Dr. Henry Kissinger, un respetado académico y estadista estadounidense, murió hoy en su residencia en Connecticut”, escribieron.
Henry Kissinger nació en Baviera, Alemania, en 1923, en el seno de una familia judía que resistió la persecución de Hitler hasta 1938. Ese año emigró a Estados Unidos, donde poco después sería reclutado como soldado para pelear en el frente alemán.
Estudió Ciencias Políticas en Harvard y fue apadrinado por la familia Rockefeller, que impulsaron su carrera política. Llegó a la Casa Blanca en 1961 y acumuló gran poder hasta 1976. Con Nixon llegó a ser vicepresidente y muchos lo señalan como el poder detrás del poder de ese mandato. Luego, desde afuera, su voz siempre fue determinante para las decisiones de las presidencias norteamericanas.
Kissinger será recordado como un hombre de la Guerra Fría. Un ferviente anticomunista que tomó decisiones cruciales para la historia del Siglo XX: impulsó los bombardeos finales y firmó la paz con Vietnam; impulsó el acercamiento de Estados Unidos a China para debilitar a la URSS; apoyó a Israel en la guerra de Yom Kipur y se encarnizó en contra de los procesos de liberación latinoamericana.
En Argentina miró con buenos ojos a la dictadura de Videla, avaló su represión ilegal e instó a la Junta Militar a actuar en la clandestinidad. Le recomendó al entonces canciller argentino, el vicealmirante César Guzzetti, que la metodología de los centros clandestinos fuera rápida para evitar cualquier cuestionamiento. El 21 de junio de 1978, junto con Videla, Kissinger presenció el 6 a 0 de la Argentina a Perú por la Copa del Mundo.
En Chile, su labor fue mucho más directa. Desde la llegada de Salvador Allende al poder, conspiró para su derrocamiento y le dio libertad de acción a la CIA para infiltrar los aparatos militares. En sus memorias admitió la voluntad de "hacer crujir la economía" y, tras el golpe, haber apoyado el terrorismo de Estado. "En Chile vale todo, patéenles el culo", fue la orden de Nixon que Kissinger se encargó de implementar.