El papa Francisco presidió su audiencia pública semanal en el Vaticano, aunque debido a que continúa con un mal estado de salud, pidió a un ayudante que leyese sus comentarios. Esto ocurrió un día después de que el pontífice argentino de 86 años cancelara un viaje al extranjero.

Francisco parecía cansado y con dificultades para respirar ante la audiencia en el Vaticano, donde confesó: “con esta gripe, todavía no estoy bien”. El pontífice, que el 17 de diciembre cumplirá 87 años y a quien le falta parte de un pulmón desde que era joven, tosió casi al final del acto de una hora de duración, mientras hacía unos comentarios finales.

Según dijo el Vaticano, el pontífice padece una inflamación pulmonar. Por este motivo no leyó la catequesis y los saludos a los fieles, pero sí quiso leer el llamamiento para pedir la paz en la guerra en la Franja de Gaza y en Ucrania. En este sentido, instó a que continúe la tregua en el conflicto en Gaza para que "se puedan continuar liberando a todos los rehenes y entre ayuda humanitaria”.

“Continuemos rezando por la grave situación en Israel y Palestina. Por la paz, por favor. Espero que continúe la tregua en curso en el país para la liberación de todos los rehenes y el acceso a la ayuda humanitaria necesaria”, dijo Francisco con voz débil.

En este sentido, explicó que se contactó con la parroquia católica en Gaza, donde se encuentran refugiadas cientos de personas, y le contaron que “no hay agua, que falta el pan”. Y agregó: “La gente está sufriendo. La gente sencilla, la gente del pueblo, sufre”. Después aseguró que los únicos que no sufren con la guerra son un grupo “que gana mucho: Los fabricantes de armas, estos ganan mucho dinero a costa de la muerte de otros”

“Recemos para que todos lo sean cuanto antes: pensemos en sus familias. Que entre más ayuda humanitaria en Gaza, e insistamos en el diálogo: es la única vía, la única manera de tener paz. Quien no quiere el diálogo no quiere la paz”, indicó el papa Francisco en el mensaje leído por su colaborador