Tras varias demoras, se dio inicio al duelo entre Argentina y Brasil por las Eliminatorias camino al Mundial 2026. El partido se postergó debido a algunos incidentes en las tribunas: hinchas argentinos y brasileros se agarraron a las piñas en la tribuna.
Rápidamente, en la situación intervino la policía y la situación se agravó. Los efectivos se metieron en las plateas y estaban a los bastonazos contra los hinchas argentinos.. En ese momento, los jugadores de la Selección Argentina, comandados por Messi, se acercaron a la tribuna para tratar de calmar la situación.
Los jugadores consiguieron que lograran bajar de la tribuna a una hincha argentina con su hijo, de manera tal de ponerse a salvo. Pero la policía continuó con la represión, por lo que los jugadores decidieron que en ese contexto no se podía jugar.
El árbitro intentó charlar con Messi pero El Diez no le devolvió ni la mirada y se fue derecho al vestuario. Detrás del capitán lo seguían el resto de los jugadores de la Selección Argentina.
Ell Chiqui Tapia conversó con el resto de los dirigentes para definir si se daba inicio al partido o se suspendía. Finalmente, se definió la continuidad del encuentro y los jugadores retornaron al campo de juego.
En ese momento, hubo abucheos por parte de los hinchas brasileros a los jugadores argentinos y algunos gestos de Gabriel Jesús que no cayeron bien en Messi. Al parecer, el jugador brasileño le habría hecho el gesto del número dos con la mano, haciendo referencia a la última vez que iban a verse las caras por Eliminatorias Sudamericanas, donde también se suspendió el partido.
Durante las Eliminatorias camino a Qatar 2022, incidentes también impidieron que se disputara el duelo entre Argentina y Brasil en tierras cariocas. En aquella ocasión el partido no se jugó debido a que en la convocatoria había jugadores argentinos provenientes de clubes ingleses.
En ese momento, Bolsonaro había determinado estrictas restricciones sanitarias a personas que arribaran al país desde Inglaterra. La normativa chocaba con los criterios de la FIFA en las restricciones sanitarias, pero a pesar de ello, el gobierno brasilero se mantuvo inflexible, a tal punto que las autoridades fueron a buscar a los jugadores argentinos al campo de juego, cuando el partido ya había empezado.
Finalmente el partido se suspendió. Se esperaba definir una fecha para que el partido se disputara, pero el calendario no dio para más y el partido nunca se disputó. La decisión no generó reproches en ninguna de las dos selecciones ya que ambas habían logrado clasificar, en primer y segundo lugar, respectivamente.