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Política

El cierre de campaña de Massa en el Pellegrini: cómo fue el acto del candidato peronista rodeado de adolescentes

Sergio Massa no llegó al Carlos Pellegrini por motu propio: recibió una invitación formal de parte de los propios estudiantes. Estrictamente hablando, fueron las agrupaciones Oktubre y La Creciente, una referenciada en La Cámpora y otra en el Grupo Bicentenario, las que le enviaron una carta formal al candidato a presidente para invitarlo a la tradicional secundaria porteña. Massa no solo aceptó ir sino que decidió cerrar su campaña presidencial en el patio de la escuela.

La actividad estaba anunciada para las 15:30 de la tarde. Para las 3, en el patio ya casi no entraban más estudiantes. Habían venido de los tres turnos (Mañana, Tarde y Noche) para ver al posible próximo presidente de la nación. De varias ventanas caían larguísimas banderas argentinas, y se podía ver a otros alumnos que esperaban ver al ministro de Economía desde sus propias aulas. La escuela, además, estaba empapelada de unos pequeños carteles que invitaban a alumnos, docentes y no docentes a sumarse a la Unión Antifascista Pellegrini y detallando los efectos que tendría la instalación de un gobierno autoritario sobre la institución. Los chicos jugaban al truco sobre sus propias piernas, tomaban mate y, algunos, entonaban algunos cánticos para ir calentando la escena.

La llegada de Massa al acto fue, pese a la expectativa, sorpresiva. El Pellegrini tiene tres entradas: la principal, donde lo esperaban estudiantes, curiosos y medios de comunicación, una que llega a la escuela a través del gimnasio, y una entrada secundaria, apenas más cerca de la avenida Callao que la principal. El candidato entró, bajándose de una imponente camioneta, por esta última puerta, y fue guiado rápidamente al patio, al cual también ingresó por atrás. Los pibes, que hace rato lo estaban esperando, casi no se dieron cuenta. El canto de "Massa presidente" arrancó y se fue extendiendo a medida que el candidato se acercaba al improvisado escenario: tres sillas, una para Massa y las otras dos para las dirigentes estudiantiles de las organizaciones que lo habían invitado y le iban compartiendo mates mientras hablaba.

El discurso del candidato tuvo varios ejes: el valor del diálogo en la política, la fe y la esperanza en el país, los sueños de "un proyecto de país con educación pública, sin vouchers, con industria, con moneda nacional", el respeto al que piensa distinto y, sobre todo, la educación. Massa, teniendo en cuenta su auditorio, centró su intervención en las políticas que planea con respecto a este último punto, y habló de armar carreras más cortas, de mejorar la incorporación de la tecnología al aula, y, sobre todo, democratizar el acceso a la computación e internet y mejorar la velocidad de la web en todo el país. Por momentos, su discurso se vio interrumpido por gritos de "chorro" o "corrupto" que llegaban de departamentos cercanos a la escuela, que recibían respuestas de parte de los estudiantes y, en un momento, del propio candidato, que llamaba al diálogo y la paz.

En ese sentido, el ministro de Economía convocó a los jóvenes que lo escuchaban a "soñar un país en el que cada uno que pueda ejercer su libertad a la hora de hablar sin que otro lo odie en las redes o descalifique en los medios, sino que escuche y, simplemente, no comparta". Siguió: "Soñar con construir un país con el valor de ustedes, su talento, que es la riqueza más grande de un país, se transforme en riqueza pero en talento que se quede acá, no que elija irse".

Massa agregó: "La libertad de trabajar de lo que quieren, de tener su casa, de elegir qué van a estudiar sin que nadie le ponga precio, son parte de los sueños que debemos construir". Además, pidió: "Hay pibes que se enamoraron de vivir en un país donde se vende y compren órganos, donde se vendan armas, donde les cobren la salita, la salud, y de acá al domingo tenemos que explicarles los daños, convencerlos, sin faltar el respeto, explicar la importancia de vivir en sociedad y no del sálvese quién pueda".

También recorrió una serie de lugares comunes, como "grítenmelo si hago las cosas mal", y propuso crear otras secundarias dependientes de universidades por todo el país. Le hizo varios guiños a su audiencia, haciéndole corazones al público o hablando de la rivalidad de baja intensidad entre el Pellegrini y el Nacional Buenos Aires. Concluyó: "Si me faltaba combustible y energía para llegar al domingo, ustedes me lo dieron. Gracias, de corazón".

Luego del cierre del discurso, Massa se quedó saltando junto con cientos de chicos que lo rodeaban, para luego escapar de la multitud que lo esperaba afuera de la escuela saliendo por la puerta del gimnasio y subiéndose a un Corolla mientras la camioneta en la que había llegado se llevaba toda la atención.