Nélida Gómez de Navajas falleció en 2012 buscando a su nieto Daniel, el hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho. Cristina todavía está desaparecida, pero Julio se reunió con Daniel en Italia y hasta conocieron al Papa meses después de que se anunciara su restitución de identidad.
"Gracias, gracias por seguir la búsqueda, gracias por no bajar los brazos, gracias por luchar, por seguir la búsqueda de la abuela", fue lo primero que Daniel le dijo a su hermano Miguel a través de una videollamada en la sede de Abuelas en la Ciudad de Buenos Aires. El Tano sería el encargado de contarles a su hermano Camilo y su hermana Florencia la buena noticia y los tres prepararían a Julio para conocer a su hijo.
Hace meses que Daniel Santucho Navajas recibe amor, abrazos y lágrimas de alegría de parte de personas que lo ven por primera vez. Su hermano Miguel le contó que un grupo de estudiantes secundarios habían realizado una exposición sobre una tradición que tenía Nélida todos los años que lo buscó.
Todos los 14 de febrero la abuela de Daniel hacía una torta y le colocaba velitas para festejar su cumpleaños de acuerdo a los cálculos que había hecho. Los alumnos y alumnas hicieron una cartulina para recordar esta costumbre de Nélida y la foto del trabajo le llegó a Daniel.
"Es muy lindo recibir amor", se sinceró. Gracias al trabajo de la Unidad de Derechos Humanos de La Plata el día que figura en su nuevo DNI es el 10 de enero de 1977 y quedó atrás el 24 de marzo, la fecha con la que habían falsificado su fe de bautismo. "Se creían muy impunes, que iban a ser eternos, que nunca iba a cambiar y que eran dueños del mundo porque no se puede ser tan cínico, pensarían que sería un día de celebración siempre", criticó en relación a la elección de su falsa fecha de nacimiento.
A lo largo del proceso que fue descubrir su identidad Daniel no estuvo solo y reconoció que si no hubiera tenido compañía "no hubiese podido". Cuando conoció los resultados de ADN se lo contó "a todos los que realmente sentía cercano y que en este proceso estuvieron acompañando".
De todas formas, no estaba listo "para tanto amor, para tanta felicidad de otras personas". "Solo por tenerme ahí, no por solo tenerme ahí, sino porque se haya sabido la verdad, con la importancia de eso, pero tocas fibras muy sensibles", explicó hijo de Julio y Cristina y añadió: "Me emocionó mucho y son cosas que me voy a olvidar en mi vida, nunca creí que alguien se podía poner tan feliz por mí hasta ese punto, hasta llorar de felicidad".
La memoria contra el odio
La búsqueda de Daniel comenzó con una duda que le transmitió una hermana adoptiva 20 años mayor que él. Al joven le llevó 25 años seguir tirando del hilo que le dejó esa mujer al confiarle que no creía que fuera hijo del policía González y su ya fallecida esposa. El nieto recuperado cree que sabía algo más.
Durante muchos años su apropiador no le quiso decir la verdad, solo le pudo decir que no era su hijo, pero no admitió que era un bebé robado a Cristina, sino que inventó una infidelidad de su esposa fallecida. "Ahí me di cuenta que nunca me iba a decir la verdad. Que de él nunca iba a salir la verdad", se lamentó Daniel. La que le terminó brindando más información fue la hija de esa hermana adoptiva que le había dado la primera pista y fue el puntapié que faltaba para visitar la sede de Abuelas.
De todas formas, está seguro de que si no hubiera podido seguir con la búsqueda serían sus hijas las que "sí la iban a poder hacer" porque no tendrían "tantos prejuicios, ni tantos problemas, ni tanta historia" ya que ninguna de las dos tenía una relación cercana con quien se decía su abuelo.
Además, ambas adolescentes conocen la historia de las Abuelas de Plaza de Mayo y de la última dictadura cívico militar empresarial eclesiástica porque la estudiaron en la escuela. Daniel se lamentó porque "hay muchos chicos que no saben".
"Es algo que hace falta, que hace bien, que si bien puede estar en historia, no es que sea algo que pasó hace 100 años, todavía está y afecta a mucha gente", recordó el nieto recuperado N°133 e insistió: "Hay que trabajar un poco en el tema de la memoria, que no se olvide. Esa es la única manera para que sigan apareciendo todos los nietos que faltan".
El negacionismo avanza
El último domingo Daniel, junto a millones de argentinos y argentinas, escuchó a Javier Milei acusar de terroristas y pedir condenas para militantes de Montoneros, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), militantes como su madre Cristina, todavía desaparecida, y su padre Julio.
Daniel escuchó la acusación del candidato presidencial más votado por argentinos y argentinas: "Durante los 70 hubo una guerra, en esa guerra las fuerzas del Estado cometieron excesos, por tener el monopolio de la violencia le vale todo el peso de la ley. Pero también los terroristas de Montoneros, del ERP mataron, torturaron, pusieron bombas y cometieron delitos de lesa humanidad".
En diálogo con Diario Con Vos, el nieto recuperado N°133 se impresionó de que Milei vea como una guerra la última dictadura cívico militar empresarial eclesiástica y se preguntó: "¿A dónde quedan los derechos humanos en su política? O sea, ¿qué tiene que pasar para que él levante esa bandera de derechos humanos?".
"Si arrancamos desde ahí, eso da mucho miedo, o sea, va a liberar a gendarmería, a liberar al ejército, a liberar a la policía a que reprima y a que haga lo que quiera entonces", advirtió Daniel, pidió a toda la sociedad "mantener la memoria" y alertó: "Si nos olvidamos corremos el riesgo de que se repita, y con pensamientos como el de él y de muchos otros es peligroso, porque corremos ese riesgo de que se vuelva a repetir".
Su apropiador, el policía bonaerense Estanislao González, también negaba la gravedad de la última dictadura. Aún después de retirarse en 1980 vivía armado, incluso dejaba su revólver sobre la mesa al sentarse a comer. Cada vez que las Abuelas de Plaza de Mayo aparecían en la televisión las insultaba y justificaba las torturas, las muertes y la violencia ejercida contra Montoneros, el ERP, el PRT y todos los desaparecidos y desparecidas. Durante el regreso de la democracia en 1983 y el Juicio a las Juntas en 1985 tuvo miedo y no salió de su casa ni para comprar.
En 1977, dos policías le habían prometido a González: "Quedate tranquilo que te vamos a conseguir un bebé". 46 años después el expolicía murió preso y procesado en su casa por la apropiación de Daniel. Al día siguiente, el hijo de Cristina y Julio recibió su documento de identidad con los apellidos que siempre debió tener y la posibilidad de pasárselos a sus dos hijas se volvió realidad.
Foto de portada: gentileza de la Alcaldía de Roma. Aparecen Daniel Santucho Navajas y su hermana Florencia.
