Miguel 'Tano' Santucho y Teresa Laborde, el hermano del nieto 133 y la hija de Adriana Calvo, quien estuvo en cautiverio junto a la madre del recién hallado Santucho, contaron como fue encontrar a un nuevo miembro de su familia que había sido perdido por la crueldad de la última dictadura.

Santucho contó que verlo fue "increíble", que había llegado con mucha ansiedad al momento del encuentro pero que, al verse con su nuevo hermano, se dieron un "abrazo hermoso" y "todo lo que era angustia se fue, me quedó solo la alegría, la felicidad del abrazo". Además, comentó que se estuvieron viendo casi todos los días y que está ansioso por conocer a su sobrina. "Tengo pendiente ese encuentro", destacó. Sobre su naciente relación, explicó: "Es ir conociéndonos y ser hermanos, pese a conocernos hace una semana".

Laborde, por su parte, contó detalles del paso de su madre por el Pozo de Banfield, uno de los centros clandestinos de detención de la dictadura. Relató: "Cuando mi mamá me defendió para que no me llevasen, cuando defendió mi vida y mi identidad, la que organizó a las demás para protegerme fue Manuela, la tía del Tano, y también estaba ahí la mamá de ellos. Yo siempre supe que le debía mi vida y mi identidad a ellas dos, a las Santucho y Navajas". Siguió: "Mi mamá lo buscó mucho, es su manera de agradecerles a ellas, ahora faltan 4 hijos, y espero que esto sirva para que más gente se acerque a Abuelas".

Miguel agregó que su hermano hace tiempo venía dudando de su verdadera identidad, y que fue el nacimiento de sus hijas lo que lo llevó a decidir comprobar sus sospechas. Expresó: "Por eso las nuevas generaciones tienen un rol importante en esta búsqueda, pueden ser el catalizador o, en un futuro, las protagonistas de resolver esta duda".

Teresa siguió: "Esto es profundamente político, no partidario, pero político, porque las nenas escucharon de Abuelas y los relatos en la escuela, y eso es un gran territorio ganado. Ir a las escuelas y hacer memoria es la manera, es lo que hay que hacer, llegar a la escuela es llegar a todos".

Miguel concluyó: "Mi abuela siempre supo que había que buscarlo a mi hermano, yo no tenía tanta certeza. Esa certeza la encontré en un relato, de cuando mi mamá gritaba 'sepan que estoy embarazada', y yo tenía que buscarlo porque era lo mi mamá quería. Mi abuela no pudo encontrarse con su nieto, pero propició el encuentro de cientos, y quedan cientos más".