La esposa de Aníbal Lotocki confirmó que en medio de la polémica con el cirujano están barajando la opción de mudarse de la casa de Olivos donde viven actualmente. Respecto a esto, aclaró que la idea es hacerlo al menos por un tiempo para calmar un poco y poder tener otro tipo de vida junto a los chicos.

Además, aclaró que no piensan irse de la Argentina ya que tanto ella como su marido tienen su familia en el país. La decisión se da en el marco de la polémica de Aníbal Lotocki por la muerte de Silvina Luna y las denuncias en su contra. Debido a esto, la gente visitó la casa del cirujano para pedir justicia.

En ese sentido, María José Favarón repudió la condena social y habló sobre la idea de mudarse. “No es nada fácil, uno no puede ocultarle cosas, es difícil de manejarlo y uno no puede no explicar estas cuestiones”, señaló la mujer sobre la hija de diez años que tiene con Lotocki.

Por otro lado, Favarón está acusada de ser parte de una asociación ilícita. “Ella es la organizadora”, indicó el abogado Roberto Casorla, quien pidió la detención de la esposa de Lotocki. Además explicó que ya formularon una denuncia que de alguna manera se venía anticipando.

“Si bien, respecto de Raphael Dufort, nosotros ampliamos la querella en el sentido de una asociación ilícita argumentando que Lotocki no actuaba solo. En este proceso que ha hecho tanto mal y ha terminado con la vida de tantas personas, no representa identificarlo solo a él. Entendemos que María José Favarón es la organizadora de esta asociación ilícita”, añadió el letrado.

Incluso, Casorla sostuvo que hay muchas personas enumeradas dentro de la denuncia. “Para que la gente lo pueda entender, vos cuando te encontrabas con Aníbal Lotocki, él te vendía un producto que en realidad era otra cosa completamente distinta”, expresó. Sobre la metodología del cirujano detalló que se trataba de un producto autorizado e inocuo y que era especializado en la cirugía. Sin embargo, nada de esto era cierto.

“Intentaremos demostrar que es una defraudación desde todo punto de vista. El común denominador entre las más de 20 víctimas que estoy nucleando y las más de 50 que entrevisté es que a todas les decía que les iba a poner metacril, un producto que estaba autorizado. Él les garantizaba que era un cirujano plástico”, concluyó Casorla.