Patricia Bullrich le hizo llegar una carta firmada por ella misma a los integrantes de las Fuerzas Armadas prometiéndoles una "salida justa" y comprometiéndose a "ayudar a restaurar su dignidad".

En su carta, Bullrich, en campaña, va por el apoyo de los militares y se solidariza con el trato "inequitativo y en ocasiones inhumano" que indica que reciben los integrantes de las Fuerzas retirados por una "herida histórica que no termina de cicatrizar", haciendo referencia a la última dictadura.

Su gesto parecería alineado con la campaña de voto militar que vienen impulsando Milei y Villarruel, cuya expresión máxima fue el acto en homenaje a genocidas que llevaron a cabo en la Legislatura porteña. Bullrich, en esta oportunidad, compartió una carta que circuló entre los sectores militares, con promesas de "salida justa" para quienes estuvieron involucrados en los crímenes de lesa humanidad.

"Conozco el trato inequitativo y en ocasiones inhumano que han recibido muchos oficiales y suboficiales retirados, a consecuencia de una herida abierta que no termina de cicatrizar, pero que debemos curar de una vez, mediante una salida justa, si queremos comenzar un camino hacia la construcción de un futuro de paz y concordia", expresó Bullrich en el escrito.

Además, la candidata apeló a la camaradería que construyó con las Fuerzas Armadas y de Seguridad cuando fue ministra de Macri: "en aquél tiempo no permití que la injusticia triunfara sobre la verdad ni que la conveniencia personal prevaleciera sobre el respeto mutuo que existía entre hombres y mujeres que vestían uniforme y su ministra", haciendo alusión al caso Santiago Maldonado, que la candidata recuerda como uno de los logros de su mandato.

También recordó la inversión en armamento que llevó a cabo mientras estuvo a la cabeza del Ministerio de Seguridad, "doté a las Fuerzas de Seguridad Federales de los mejores instrumentos que existían en el mundo para vigilancia y patrullaje" y prometió que en su gobierno, si gana en octubre, usará de garantía su gestión anterior.

Según las estadísticas de la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad (PCCH), se dictaron sólo 307 sentencias por crímenes de lesa humanidad: hay 1159 condenados y 178 absueltos. Hay menos de 100 represores cumpliendo condena en las cárceles, porque la gran mayoría tuvo el beneficio de la prisión domiciliaria.