Después de más de 20 horas de debate, el Gobierno consiguió la aprobación en general de la nueva Ley Bases y del paquete de reformas fiscales, con 142 votos a favor, 106 votos en contra y 5 abstenciones. Así, Milei ratificó su rumbo de desregulación económica, privatizaciones y cambios en la legislación laboral.
En concreto, la Cámara de Diputados dio media sanción para: otorgarle facultades extraordinarias al Presidente con el objetivo reestructurar organismos del Estado, reformar leyes laborales, privatizar empresas públicas, modificar el esquema tributario (principalmente con la reversión del impuesto a las Ganancias y bajas significativas en Bienes Personales), instrumentar un amplio blanqueo de capitales no regularizados y una nueva moratoria impositiva.
Los diputados que apoyaron la iniciativa fueron los que integran el bloque oficialista de La Libertad Avanza (LLA). Así mismo, el proyecto también contó con el apoyo total del PRO y el bloque Hacemos Coalición Federal (HCF) que conduce Miguel Pichetto.
Al mismo tiempo, la ley tuvo el respaldo del sector de la UCR que lidera Rodrigo De Loredo, del monobloque del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y algunos integrantes de Innovación Federal.
Las fuerzas políticas que rechazaron en bloque la iniciativa fueron el Frente de Izquierda (FIT) y Unión por la Patria (UxP), aunque algunos diputados de este último votaron a favor de ciertos capítulos. Mientras que en disidencia con sus bloques votaron Natalia de la Sota y algunos diputados del Socialismo santafecino.
