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Agro Con Vos

Finalmente el 25% libre de cambio para las aceiteras es solo para importar soja

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Tras los anuncios de Sergio Massa el fin de semana, algunos de ellos vinculantes al sector agropecuario, la novedad era un 25% libre de cambio en las ventas de productos de soja con valor agregado (harina, aceite, etc.), pero ese beneficio solo podrá utilizarse para importaciones de soja de las aceiteras.

Así lo confirmó en la jornada de ayer en una conferencia de prensa el Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan José Bahillo, que con más dudas que certezas afirmó que de las exportaciones de soja y sus derivados el 75% se liquidará al tipo de cambio oficial, mientras que el 25% estará libre.

Con esto se especulaba un especie de nuevo "dólar soja", ya que mejoraba el poder de compra de la industria aceitera en el mercado local, sin embargo, el Secretario aclaró que ese 25% sólo se podrá utilizar para la importación de soja, con el objetivo de mantener a las aceiteras en funcionamiento.

La desilusión de los productores rápidamente se hizo sentir en las redes sociales, ya que si ese 25% se destinaba a la compra general de poroto de soja (tanto interna como externas), el precio local pasaba a un promedio de 454 dólares por tonelada al tipo de cambio oficial.

¿Beneficio sólo para las aceiteras?

Está claro que la sequía impactó en toda la cadena de alimentos de la Argentina, tanto para el consumo interno como para quienes tienen fines exportadores. La merma en la producción del maíz, impactó por ejemplo, en la alimentación de las actividades pecuarias como la producción avícola, porcina o bovina, entre otras.

Para el caso de la soja y, si bien su incidencia es menor a la del maíz en la relación alimento-ganadería, la merma productiva destruyó las cuentas de los productores primarios y dejó sin materia prima a las aceiteras.

Los mecanismos impuestos en los sucesivos Programas de Incremento Exportador (PIE) mejoraban la relación dólar-peso, ofreciendo una mejora al productor para que se desprenda de su soja y le permitía a las aceiteras seguir funcionando.

Sin embargo, esta nueva medida no mejorar en nada el precio al productor o acopiador, sino que sólo le permite a la industria del crashing argentino obtener un mayor beneficio por las exportaciones e importar con esa misma mejora.

Está claro que la preocupación de los industriales es mantener las plantas en funcionamiento, pero cabe preguntarse si esta medida solo prioriza a un sector, en detrimento de los productores primarios.

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