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Policiales

Cinco jóvenes golpearon brutalmente a un portero por pedirles que no orinen en la puerta del edificio

portero

El portero de un edificio de Palermo fue víctima de una brutal agresión por parte de cinco jóvenes. “Me rodearon y me tiraron de todo. Botellas, palos y piedras. Están locos estos pibes”, recordó. Luego del ataque, el hombre tuvo que ir al hospital para que lo revisaran.

Rubén es portero de un edificio en Palermo. Mientras limpiaba del lugar, ubicado en avenida Córdoba y Malabia, un auto se detuvo. Del vehículo se bajaron varios jóvenes para vomitar y orinar en la calle, producto de una noche de excesos. Debido a esto, el hombre de 49 años les pidió que se alejaran, lo que provocó una pelea con uno de ellos.

Una vez que uno de los jóvenes quiso agredirlo, Rubén se defendió con una escoba, que finalmente se rompió en el enfrentamiento. Luego, fue víctima de una golpiza del grupo. “Tengo un fuerte dolor de cabeza y se me nubló la vista, recibí un fuerte golpe en la cabeza. Están locos los pibes. Me rodearon y me tiraron de todo: botellas, palos, piedras”, contó desde la guardia de un hospital.

Según el hombre, la pelea duró varios minutos. “Iban y volvían, iban y volvían. Me atacaban de todos lados”, aseguró Rubén. Además, el portero sostuvo: “Los fines de semana pasa siempre que vengan jóvenes a orinar. Tiro un balde y listo. Pero esta vez se metieron a orinar dentro, en el cantero, me pareció totalmente desubicado. Me amenazaron con que van a volver”.

Para colmo, una persona que lo quiso rescatar también recibió piedrazos en el cuerpo. Darío, quien trabaja en el café de la esquina, señaló que estaba laburando cuando escuchó gritos. “Vi que unos chicos estaban peleando con el señor de la portería, con palazos, botellazos, todo. Corrí y traté de separarlos. Lo metí para adentro y se fueron”, dijo.

Darío recordó que el episodio duró entre cinco y diez minutos. “Me tiraron un piedrazo en el hombro. En el momento no lo sentí, en un rato iré a la guardia. Los jóvenes parecían borrachos y drogados. Los fines de semana es muy común que pase esto, tipo cinco de la mañana, acá o a la salida de un boliche”, concluyó.