Este mediodía, la manifestación en el Obelisco en reclamo por la muerte de Facundo Molares terminó en descontrol. Un grupo de personas empezaron a tirar piedras contra un centro de monitoreo de la Policía de la Ciudad e intentaron prenderlo fuego. Molares murió ayer al ser reprimido por las fuerzas de seguridad, mientras participaba de una marcha pacífica.
Todo comenzó ayer por la tarde, cuando un grupo de personas pertenecientes a organizaciones votoblanquistas se movilizó al Obelisco, en el marco de los cierres de campaña por las PASO. Eran pocos los convocados y tampoco hubo disturbios. Sin embargo, apareció la Policía y el episodio terminó con 6 detenidos y un muerto. Según los testigos, los efectivos detuvieron a Molares mientras se estaba prendiendo un cigarrillo, creyendo que el encendedor era para quemar una urna que los propios manifestantes habían llevado a la plazoleta. Además, quienes estuvieron presentes cuentan que lo redujeron al piso entre varios y le pisaron la cabeza mientras le pegaban patadas. En ese momento, alguien se percató de que Molares estaba morado, y empezaron a intentar reanimarlo.
Este suceso quedó registrado en videos grabados por los mismos manifestantes, que intentaban documentar la represión. Facundo Molares fue trasladado a un hospital en Ramos Mejía, pero ya aparentemente sin signos vitales. Además, se llevaron detenidos a otros seis participantes de la marcha que fueron liberados a la madrugada.
El origen de los disturbios
A raíz de este episodio, distintas organizaciones sociales convocaron para hoy una movilización masiva, en repudio a la represión y en reclamo por la muerte de Molares en ese marco. Los ánimos están caldeados, teniendo en cuenta que el día anterior mataron a una nena de 11 años en Lanús y el mismo día, a un médico para robarle el auto; dos hechos que conmovieron y golpearon a gran parte de la sociedad a días de las PASO.
Los disturbios se originaron hacia el final de la movilización, cuando ya se estaba desconcentrando la gente, en las oficinas de monitoreo de la Policía de la Ciudad, ubicadas sobre Diagonal Norte. Allí, algunos encapuchados tiraron piedras y bombas molotov, generando destrozos. Inmediatamente, la Guarda de Infantería cercó el lugar para protegerlo. El edificio recibió también pintadas como "Muerte a la Gorra".
Desde distintas organizaciones sociales como Barrios de Pie o Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) denunciaron la presencia de infiltrados que se acercaron con el único objetivo de generar caos.
