La siembra nacional de trigo avanza en la Argentina y según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), ya se cubrió más del 71% de las 6 millones de hectáreas proyectadas para la campaña en curso (ajustadas recientemente).
Sin embargo, el trigo enfrenta el primer problema: la falta de agua. De acuerdo al último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el 10% del trigo de la zona núcleo se encuentra en riesgo, no solamente por las precipitaciones que no se terminan de ajustar, sino también por las temperaturas.
"Aunque el estado actual de los cultivos es alentador, existe temor de que un invierno cálido pueda impactar negativamente en la producción de macollos y, en consecuencia, penalizar los rendimientos", advierte el informe.
Según un informe elaborado por la Guía Estratégica para el Agro (GEA), aproximadamente un 10% del área destinada a la siembra de trigo podría quedar fuera debido a la falta de precipitaciones.
Trigo: ¿Sí o no?
El mapa de agua en el suelo de la región núcleo revela un problema significativo en el oeste, especialmente en el suroeste, donde alrededor de 100.000 hectáreas difícilmente puedan ser sembradas sin nuevas lluvias. Con el cierre de la ventana de siembra cada vez más cercano, la situación se torna alarmante.
Sin ir más lejos, la BCBA ya recortó 100.000 hectáreas de su proyección de siembra nacional, precisamente en la región oeste.
Sin embargo, no todo son malas noticias. "En algunas zonas, como el centro-sur y sureste de Santa Fe, se han agregado algunos lotes a la siembra de trigo. En el noreste bonaerense, el 95% del trigo ya ha sido implantado", explica el GEA.
No obstante, en el sudeste de Córdoba, incluyendo Marcos Juárez, la superficie sembrada ha experimentado una reducción del 40% al 50% en comparación con el año anterior.
"En términos generales, se estima que la superficie de trigo para la campaña 2023/24 en la región núcleo podría disminuir entre un 15% y un 23% en comparación con la temporada anterior", finaliza la BCR.
