El brote de dengue sigue aumentando. En una semana, se duplicaron los casos y, según las autoridades sanitarias, todavía falta para llegar al pico más alto. Además, advirtieron sobre los riesgos de contraer la enfermedad.
El Ministerio de Salud de la provincia de Córdoba informó un total de 1781 casos de dengue y 61 de chikunguña. “Los casos registrados hasta el momento igualaron al total reportado en 2020. No sabemos cuándo van a comenzar a descender. Estamos atentos a lo que pueda ocurrir después de Semana Santa”, explicó Laura López, directora de Epidemiología del Ministerio de Salud provincial.
Según el reporte de hoy, los diagnósticos positivos de dengue aumentaron en un 103,5% con respecto a la semana pasada. Y 20 nuevos casos de chikunguña.
¿Hasta cuándo sigue el pico de dengue?
Los especialistas indican que el pico más alto de circulación del virus suele ocurrir entre la segunda y la tercera semana de abril. Luego, los casos comenzarían a disminuir. Este año, se adelantó un poco, teniendo en cuenta que el pico más alto se dio en la segunda semana de marzo, con más de 700 casos.
El mosquito que transmite estas enfermedades se mantiene activo hasta fines de mayo, aunque algunos años se encontraron casos durante los primeros días de junio. Para sobrevivir, necesita temperaturas mayores a 20 grados y condiciones húmedas. El brote de este año se demoró por la sequía.
¿Cómo está la situación en todo el país?
El último Boletín Epidemiológico Nacional registró 16.143 casos de dengue. De ellos, 14.224 son autóctonos, 1.529 se encuentran en investigación y 390 son importados.
14 provincias confirmaron circulación viral: Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Formosa, Chaco, Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Tucumán y La Rioja.
Los síntomas
El 75% de los infectados desarrollan una enfermedad leve o no presentan síntomas. En el resto, el virus se manifiesta de forma grave. Los casos graves provocan múltiples síntomas y fiebre alta. Una segunda infección puede ser indicio de mala evolución.
Pueden actuar como factores predisponentes las enfermedades cardiovasculares, renales o pulmonares. También la inmunodepresión o la confección con otros virus o bacterias como el COVID.
