Diez días atrás, el Banco Central (BCRA) subió la tasa de interés del plazo fijo tradicional en 300 puntos básicos en un contexto en el que la inflación de febrero fue del 6,6%. ¿Qué conviene más, un plazo fijo tradicional, un UVA o ir hacia algún instrumento un poco más sofisticado como un común de inversión?

A raíz del ajuste de la tasa que hizo el Central, los plazos fijos tradicionales para individuos hasta $10 millones quedaron con una tasa nominal anual (TNA) del 78% (antes era del 75%), lo que significa que cada 30 días el rendimiento será del 6,41% y, en términos de la tasa efectiva anual (TEA), como se llama a la reinversión de los intereses al vencimiento de cada ciclo de 30 días, el rendimiento pasó a ser del 112,9%,

Diversos analistas coinciden en que, para quienes quieran cubrirse de una eventual mayor inflación y puedan inmovilizar el capital por 90 días, como mínimo,  el plazo fijo UVA +1% es una mejor opción que el tradicional.

Es que el escenario inflacionario para el resto del año se convirtió en una incógnita muy grande, y si se apuesta por el plazo fijo tradicional, que ofrece una tasa efectiva anual del 113%, el margen esperable es muy pequeño y el riesgo, alto.

Los plazos fijos UVA protegen contra la inflación más un plus, pero tienen la desventaja de que inmovilizan el capital por, al menos, 90 días y, en un contexto cercano a las elecciones, 90 días es un plazo considerable.

¿Y los FCI?

Los Fondos Comunes de Inversión (FCI), dan opciones más versátiles y con mucha más liquidez, ya que el mercado cuenta con varias opciones y todas con retiro de las inversiones desde el mismo día, al siguiente o a 2 días.

Esos instrumentos tienen una variedad enorme, por ejemplo entre los fondos dólar Linked hasta los fondos CER, pasando por un gran abanico de opciones. Como cada uno conlleva sus riesgos y posibles ganancias, es importante que el inversor conozca sus preferencias, ya que el mercado ofrece varias herramientas interesantes.