En la jornada de ayer, fueron centrales los mensajes que enviaron los rugbiers después del asesinato de Fernando Báez Sosa. Mientras que hoy el foco estuvo puesto en los análisis de ADN en manchas de sangre en al ropa de los acusados y de la víctima, además de las muestras halladas en el cuerpo de Fernando.

El especialista César Guida y la perito química Norma Beatriz Tramontini declararon ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores. Sumaron sus declaraciones a las de Haydeé Almirón, cabeza de la División Laboratorio Científico y Pericias Mar del Plata de la Policía Federal Argentina, y de la la licenciada en criminalística María Eugenia Cariac, que pasaron ayer por el Tribunal.

Guida retomó hoy los resultados del hisopado de la sangre en la mano derecha de Thomsen que fue realizado durante el allanamiento del 18 de diciembre de 2020. La Policía Científica notó esas manchas y realizó un test para determinar su origen.

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Del test "se obtuvieron diferentes perfiles mezcla, de al menos tres individuos, en los cuales se observa coincidencia solamente" con la propia sangre de Thomsen. Es decir, los perfiles resultantes estaban incompletos.

Así que si bien no se puede determinar que la sangre del puño del acusado más complicado sea la de Fernando, las dos peritos que declararon ayer sí confirmaron que había sangre humana en sus zapatillas. La perito química Norma Beatriz Tramontini se refirió a 30 piezas de prueba en las que "se detectó evidencia positiva para sangre humana". Entre ellas, la zapatilla derecha de Thomsen.

Las dos especialistas que declararon ayer y participaron de la pericia Scopométrica habían confirmado que las marcas que tenía Fernando en la cara correspondían con la zapatilla de Thomsen.

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Thomsen es el más complicado de todos los acusados porque no solo dos peritos confirmaron que su zapatilla fue la que marcó la cara de Fernando, sino que al menos diez testigos declararon haberlo visto golpeando a la víctima.

Aunque no es el único que sigue sumando complicaciones: Guida también confirmó que en el meñique izquierdo de Báez Sosa había ADN de Cinalli, el mismo que se jactó de su muerte por chat.