Perú le prohibió la entrada al país a Evo Morales, el expresidente de Bolivia. El gobierno peruano acusa a actores del exterior de alimentar las protestas de las últimas semanas, que se dispararon a partir de la detención del expresidente de Perú, Pedro Castillo, y ya dejaron decenas de muertos.
Perú viene siendo sacudido hace semanas por manifestaciones y duras represiones, desde que Castillo fue destituido de su puesto por el Congreso el pasado 7 de diciembre. El expresidente había intentando disolver el poder judicial para evitar el juicio político. Este martes, las fuerzas de seguridad asesinaron a 17 personas, elevando el total de muertos en las manifestaciones a casi 40.
Morales, por su parte, apoyó a Castillo desde que estalló el conflicto institucional que terminó con el peruano en prisión. Por eso el gobierno de Perú, liderado por la presidenta Dina Boluarte, le prohibió la entrada a su país al expresidente boliviano y a ocho de sus compatriotas. Este lunes, todos ellos fueron acusados de llevar a cabo actividades políticas en Perú, violando las leyes migratorias.
Morales, por su parte, cree que lo ocurrido en Perú con el gobierno de Castillo forma parte de una serie de golpes de estado que fuerzas de derecha están llevando en América Latina, donde incluye la caída de su propio gobierno en el 2019 y la condena contra la vicepresidenta argentina, Cristina Kirchner, en la causa de Vialidad. El dirigente boliviano afirmó que prohibirle entrar a Perú era solo una forma de distraer y evitar la responsabilidad por sobre las violaciones a los derechos humanos del gobierno peruano.
