Cada 27 de setiembre el mundo festeja el Día Mundial del Turismo, una fecha poco reconocida para aquellos que están fuera de la actividad pero también, nos animaríamos a decir, para muchos de los que están dentro de ella.

En este año pos pandémico, la temática del festejo de la Organización Mundial del Turismo es “Repensar el Turismo”, una tarea que queda en el casillero del por hacer de aquellos que deciden las nuevas tendencias en el mundo entero. 

En nuestro país, la pandemia nos llevó a repensar la actividad turística como una actividad económica de primer orden, en vista de lo mucho que afectó en todas las provincias, pero todavía con dudas.

Por eso hay mucho por hacer aún en la actividad turística autóctona, mucho para repensar, mucho para entender de las causas y efectos de una actividad que se recupera rápidamente y genera sustentabilidad en las economías regionales.

En ese contexto el ministro de economía de la Nación, Sergio Massa, y su equipo de funcionarios, buscan crear un nuevo dólar para la actividad turística. El dólar Qatar, una variable más de las muchas que ostenta este país.

La falta de dólares en el Banco Central preocupa y mucho a la administración FF y todo es válido para corregir el camino de los dólares que se van sin pedir permiso, pero la realidad nos indica que nuestro país sufre la fuga de divisas desde hace muchos años. 

Para frenar la fuga de divisas se utilizaron diferentes alternativas a lo largo de la historia económica argentina y ninguna dio el resultado esperado.

De los 52 mil millones de dólares que se habían acumulado en 2011 en las arcas del Estado estarían quedando unos 37 mil millones 11 años después ,y pensemos que antes de fin de año hay varios vencimientos del FMI que saldar y poco para inventar.

En el intento para frenar la fuga de divisas se utilizaron diferentes alternativas a lo largo de la historia económica argentina y ninguna dio el resultado esperado.

Para el ejecutivo, las compras con tarjeta en divisas, sea por viajes al exterior, plataformas de streaming, compra de video juegos en línea, compras en sitios web basados en otros países, o lo que sea que se pagaba en el exterior se liquidaban según el valor del Dólar Oficial.

Alejados del 1 a 1, los argentinos desarrollamos una increíble capacidad para defendernos de la inflación y las devaluaciones de la moneda argenta: compramos dólares para ahorrar.

Ante eso también sufrimos un cepo que nos limitaba en nuestra capacidad de ahorrar.

A pesar de ello, a fines del 2012 se recargó al “dólar tarjeta” con un 15%, pasando en marzo del 2013 al 20%;

Pero el hombre común siguió consumiendo por derecho propio como si nada sucediera, porque la diferencia entre el dólar oficial y el dólar paralelo, en ese entonces, seguía resultando un atractivo difícil de ignorar. 

A finales del 2013 el recargo al “dólar tarjeta” se elevó al 35% y el Dólar Turista se instalaba en la jerga cotidiana de los viajeros al exterior. 

42 mil argentinos compraron entradas para ir al Mundial y se estima que harán un gasto promedio de entre 15 y 20 mil dólares por pasajero. 

Se fue Cristina, llegó Macri. 

Con Mauricio Macri se levantó el cepo y la grieta económica se profundizó, al punto de volver a instalarlo sobre el fin de su mandato.

Se fue Macri, llegó Alberto Fernández. 

Y el panorama sigue siendo tan preocupante como antes, porque casi 8 años después todo sigue siendo como entonces, hoy el recargo a los dólares gastados en el exterior suma un 30% en concepto de Impuesto País y 45% de Anticipo de Ganancias.

2022 nos marca una nueva etapa en esta discusión que tanto tiene que ver con el turismo. Será el año en que nació el “Dólar Qatar”.

Aparentemente 42 mil argentinos han comprado entradas para asistir al Mundial de Fútbol que se realiza en Medio Oriente y se estima que con un gasto promedio de entre 15 y 20 mil dólares por pasajero. 

Ante eso, el Banco Central volvería a resignar otros 1000 millones de dólares, una cifra que la administración FF no está dispuesta a subsidiar a los muchachos futboleros. 

Sin certezas todavía, se estima que se fijaría un tipo de cambio para “Turismo en el exterior” igual o levemente más alto que el denominado “Blue”, una excusa para que la gente use sus propios ahorros en divisa y no se vacíen las arcas del Banco Central.

Tal vez, la situación económica de Argentina amerite una medida de esta naturaleza, pero ¿Será la misma cotización que se utilizará cuando los pasajeros foráneos paguen con tarjeta los servicios argentos?

El turismo siempre es de ida y vuelta.