El hermano mayor del presunto parricida Martín Santiago del Río reconoció que su hermano sería el culpable por la forma de caminar y su contextura física. Según expresó luego de ver las pruebas, Diego Enrique aseguró a los fiscales no tener dudas de que pudo ser el asesino de sus padres José Enrique Del Río (74) y María Mercedes Alonso (72).
El hijo mayor de ambos, Diego, dio una nueva declaración testimonial en Vicente López luego de que su hermano menor (47) fuese detenido: "Diego estaba shockeado, pero afirmó en esa testimonial que le daba toda la sensación de que el hombre de los videos era su hermano por su forma de caminar", confirmó el abogado Félix Linfante.
En las imágenes se ve a un hombre que camina de manera encorvada, con la cabeza gacha, con pasos cortos y haciendo zigzag. Según dijo, en un "90 por ciento" que el hombre registrado en esas imágenes era su hermano.
Además, en su declaración definió a su hermano como un "chamuyero" que vivía "endeudado" y que llegó a pedirle a sus padres una suma muy gran de dólares que no terminó de devolver. Sin embargo, jamás pensó que eso podría terminar así.
Se trata del segundo reconocimiento en el que es señalado Martín Santiago del Río.
En este caso, el principal sospechoso se encuentra cada vez más complicado ya que se trata del segundo reconocimiento en el que es señalado. Anteriormente, Del Río, Paola, la mujer con la que el imputado tenía una relación extramatrimonial, también lo reconoció en las filmaciones cuando declaró ante los fiscales en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro.
Los adultos mayores fueron asesinados el 24 de agosto por la tarde en su casa de la calle Melo al 1100 de Vicente López, con una pistola calibre 9 milímetros. El crimen habría sido cometido desde el asiento trasero del auto en el que fueron hallados asesinados, dentro de la cochera.
La principal hipótesis de los investigadores es que el móvil fue económico ya que el hombre no podía sostener la mentira de una mudanza que les había prometido a un departamento de Núñez, valuado en más de un millón y medio de dólares pero que no había terminado de comprar, a pesar de que ellos le habían prestado el dinero.
