Un empleado del aeropuerto de Seattle, que se ocupaba del área de equipaje de la empresa aeronáutica, se robó un avión. Luego de volar durante varias horas, lo estrelló contra una isla desierta y murió. Las autoridades del aeropuerto, a casi 4 años del incidente en cuestión, publicaron el video del robo y mostraron como ocurrió.
El protagonista fue Richard Russell, quien tenía 29 años. El 10 de agosto del 2018, a las 2:36 de la tarde, comenzó la secuencia. Russell entró a trabajar, con una camiseta con la frase "The Sky's No Limit", o "El cielo no es un límite".
Cinco horas después de comenzar su jornada laboral, se lo puede ver utilizando un vehículo remolcador para llevar un avión de hélice a una de las pistas. Russell entró al avión, un Q400 Turboprop, y lo despegó. En ese momento se comunicó con la torre de control, para decirles únicamente "va a ser una locura".
Con el avión en el aire, el improvisado piloto comenzó a hacer piruetas, y se alejó del aeropuerto. Pese a la insistencia de las personas a cargo de la torre de control, e incluso una persecución por parte de aviones del ejército, nunca se acercó a otra pista para aterrizarlo. Finalmente, Russell chocó el avión con una isla a 50 kilómetros de donde levantó vuelo, y murió en el acto.
Según explicaron desde el FBI, Russell no tenía ninguna relación con organizaciones terroristas, y era solo un hombre desesperado. El propio Russel le explicó a los controladores aéreos que era "solo un tipo bancarrota", y Paul Pastor, un funcionario de seguridad del aeropuerto, explicó que fue "un viaje de placer que salió terriblemente mal". "Hizo algo tonto y lo terminó pagando con su vida", expresó.