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Columnistas

La NFL desembarca en África

Son varios los deportes que se nutren de sus ex colonias o pagan cifras altas para nacionalizar jugadores y tener equipos de elite. Pero desde hace un año, uno puso el foco en la cuna de la humanidad como usina de jugadores: el fútbol americano.

"Tiene raíces africanas, pero se formó en Europa. Si Mbappé hubiese nacido en Camerún, no se habría convertido en el delantero que es hoy. Está Europa y el resto del mundo, y el resto del mundo necesita ayuda porque, si no, perdemos demasiado talento". Esto dijo sobre el delantero francés Arsene Wenger, ex entrenador del Arsenal y actual Director de Desarrollo de FIFA, y despertó un amplio repudio mundial por el sesgo discriminatorio de sus dichos. 

Africa es un gran proveedor de futbolistas a Europa, ya sea por jóvenes que viajan para jugar, como por los hijos de migrantes que nacen allá y en muchos casos representan a sus seleccionados. Mbappé nació en Isle de France, epicentro de París, y es hijo de Wilfried, camerunés, y Fayza Lamari, argelina. Su seleccionado le debe mucho a la migración africana, desde Zinedine Zidane y Marcel Desailly hasta Paul Pogba y Karim Benzema. Son varios los deportes que se nutren de sus ex colonias o que pagan cifras altas para nacionalizarlos y tener equipos de elite. Pero desde hace un año hay uno que particularmente puso el foco en la cuna de la humanidad como usina de jugadores: el fútbol americano. 

Si Mbappé hubiese nacido en Camerún, no se habría convertido en el delantero que es hoy. 

Arsene Wenger, director de Desarrollo de FIFA

Entre el 21 y el 26 de junio, la National Football League, la NFL estadounidense, va a realizar en Accra, la capital de Ghana, NFL Africa: The touchdown, su primer campus en búsqueda de jugadores que puedan nutrir a sus 32 equipos. El gobierno, a través del vicepresidente Mahamudu Bawumia, dio su apoyo explícito al evento donde habrá cuarenta deportistas seleccionados. Muchos de ellos surgieron del programa The Uprise que lleva adelante Osi Umenyiora, ex ala defensiva de los New York Giants, con los que ganó los Super Bowls de 2005 y 2007. 

Umenyiora y su esposa Leila Lopes, angoleña, Miss Universo 2011 (der.).

Inglés de nacimiento, criado en Alabama y de ascendencia nigeriana, Umenyiora desarrolló esta idea que ya tuvo facetas regionales en Sudáfrica, Ghana y Nigeria. Allí descubrieron a Chigbo Roy Mbaeteka, Haggai Chisom Ndubuisi y Kehinde Hassan Oginni, que participaron en unos trials en Londres en octubre pasado donde los registros de fuerza, reacción, velocidad y saltos de todos los atletas fueron sobresalientes. Luego de esos entrenamientos Mbaeteka firmó con los Giants, Ndubuisi con Arizona Cardinals y los Kansas City Chiefs se quedaron con Oginni. 

De los reclutamientos en Sudáfrica, Ghana y Nigeria surgieron deportistas con registros de fuerza, reacción, velocidad y saltos sobresalientes. 

Deporte políticamente conservador, sin equipos femeninos, de dueños y mariscales de campo mayoritariamente blancos, pero corredores negros, el fútbol americano busca en el biotipo africano atletas físicamente imponentes a los cuales moldear luego en las destrezas del deporte. La NFL actualmente tiene alrededor de 100 jugadores nacidos o con ascendencia africana, que representan un 3,5% de los casi 2900 que hay, puesto que cada franquicia cuenta con un promedio de 90 cada una. La primera incursión en la búsqueda global comenzó en 2004 con el International Player Pathway Program para nutrirse, principalmente de europeos. 

Entre 1991 y 1997 existió la World League American football con equipos en Barcelona, Londres, Frankfurt o Amsterdam, que en 1998 mutó en la NFL Europe y llegó a tener hasta nueve equipos en simultáneo, más de la mitad alemanes. En 2007 se disolvió pero en 2020 renació como European League of Football, con doce miembros: algunos de ellos son los equipos históricos como los Barcelona Dragons o Frakfurt Galaxy, pero también con franquicias de Austria, Polonia y hasta Turquía. A los tres partidos de temporada regular de la NFL que se van a jugar este año en Londres se suma un cuarto, el 13 de noviembre en el Allianz Arena de Munich, donde suele ser local el Bayern en la Bundesliga, que recibirá a los Seattle Seahawks contra Tampa Bay Buccaneers del inoxidable Tom Brady.

La NBA comenzó en los años `90 a incorporar extranjeros, especialmente del eje yugoslavo-soviético, cosa que explotó en los 2000 hasta llegar hoy a casi un cuarto del total de la liga. En el fútbol americano esa proporción asoma improbable, pero cada vez más se ven futbolistas no estadounidenses como el chileno Sammis Reyes, ex jugador de básquet, el astraliano Arryn Siposs, con pasado en los aussie rules -el fútbol australiano- o el escocés Jamie Gillian, que jugó al rugby en su adolescencia hasta que trasladaron a su padre a EE.UU. En el Salón de la Fama hay un danés, un noruego, dos canadienses –el otro país con una liga fuerte– y un hondureño de padre estadounidense. El capítulo argentino contempla a Robert Breitenstein, Guillermo Gramática y su hijo Martín, el más conocido de los tres, pateador que ganó el Super Bowl 2003 con Tampa Bay, partido donde anotó 12 puntos. 

El 8 de septiembre arranca la edición 103 de la liga que es considerada, junto al baseball masculino, las dos más populares del país. No por nada sus temporadas no se superponen para evitar el choque. El Super Bowl de este año, ganado por Los Angeles Rams, tuvo una audiencia total de 208 millones de personas, cuatro veces más de la población que tiene nuestro país. 

En un continente donde el fútbol y atletismo son los reyes, el fútbol americano busca disputarle el trono como deporte de contacto al rugby.

Un próximo horizonte se avisora en Oceanía donde neocelandeses -especialmente los maoríes-, tonganos, fijianos, australianos y samoanos pueden ser potenciales talentos. También han comenzado una búsqueda en tres pueblos de Kenia, donde surgen buena parte de los jugadores de rugby locales. En la semana que durará NFL Africa no solo habrá pruebas para los aspirantes que buscarán ser parte de un plantel. Habrá una clínica de la versión flag -una modalidad sin contacto, donde los jugadores llevan un pañuelo en la cintura y la jugada termina cuando alguien se lo saca- direccionada a chicos de entre 12 y 14 años. El último día será para que los hinchas puedan interactuar con jugadores de la liga y leyendas que viajarán exclusivamente para el evento. 

También es claro que en un continente pobre, con casi 1.300 millones de personas, la posibilidad de conseguir mano de obra a buen precio es uno de los objetivos principales de la liga. Sería inocente pensar que solo apuntan a “generar un impacto positivo en las comunidades locales con estos eventos a lo largo del mundo”, como publicaron en un comunicado el 7 de junio pasado. En un continente donde el fútbol y atletismo son los reyes, el fútbol americano busca disputarle el deporte de contacto al rugby y también nutrirse de jugadores que físicamente imponen un diferencial. Y, si logran desarrollar en el marco de las habilidades propias del juego, pueden ser el semillero del futuro

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