El lunes se celebraron las elecciones presidenciales en Filipinas, y constituyeron el regreso al poder de la familia Marcos, los responsables de una sangrienta y corrupta dictadura que duró más de 20 años, entre 1965 y 1986. El nuevo presidente será Ferdinand "Bongbong" Marcos Jr., el hijo del exdictador, quien compitió aliado a Rodrigo Duterte, el actual gobernante. Él fue quién llevó a cabo una polémica política de guerra contra las drogas, y está acusado de violación a los derechos humanos de inocentes y culpables por sus políticas de seguridad.

Con más del 95% de los votos contados, Marcos Jr. tiene alrededor de 30 millones, más del doble que su rival más cercano, Leni Robredo. Este, el actual vicepresidente, tiene alrededor de 14 millones de votos, según informó la Comisión de Elecciones filipina. Los resultados oficiales podrían tardar semanas en llegar.

Marcos, exsenador, le agradeció a sus seguidores: "Aun si el conteo no terminó, no puedo esperar para decirles gracias, a los que ayudaron, a los que se sumaron a nuestra pelea, a todos los que se sacrificaron".

La elección para vicepresidente, que se lleva a cabo de forma separada a la presidencial, también benefició al partido de Marcos y Duterte. La hija del actual presidente, Sara Duterte Carpio, tiene una amplia ventaja sobre su rival.