Alberto Fernández reivindicó el importante rol que cumplen la CGT y los sindicatos en la democracia argentina. En un acto realizado en el Instituto Juan Domingo Perón, con figuras como Hugo Moyano, Carlos Acuña y Antonio Caló sentados en la primera fila, el presidente destacó la actuación de los dirigentes gremialistas en la lucha contra la dictadura.
"Perón sabía que se iba a morir y nos dijo a todos: Muchachos y muchachas, la organización vence al tiempo. El tiempo me va a vencer a mí. Si quieren que todo no muera conmigo, hay que organizarse. Y los trabajadores argentinos se organizaron en sus sindicatos y pusieron al frente a grandes dirigentes que estuvieron presentes en momentos trascendentales de la historia de la política argentina. ¿Y saben por qué existe el peronismo? Porque esos sindicatos existieron y porque esos dirigentes sindicales existieron. Por eso existe el peronismo, y no reconocerlo es ser poco honesto con nuestra propia historia", dijo.
El encuentro se produjo el mismo día en que Pablo Moyano se reunió con Máximo Kirchner y un sector de la Casa Rosada negocia con la CGT y los empresarios un posible acuerdo de precios y salarios que dé mayor previsibilidad.
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"Hoy estamos acá conmemorando el coraje de un grupo de sindicalistas argentinos que se puso de pie frente al terrorismo de Estado cuando la Argentina estaba aterrada viendo desaparecer gente todos los días, viendo matar gente todos los días", dijo.
Hoy estamos acá conmemorando el coraje de un grupo de sindicalistas argentinos que se puso de pie frente al terrorismo de Estado cuando la Argentina estaba aterrada viendo desaparecer gente todos los días, viendo matar gente todos los días
A 40 años de la marcha Paz, Pan y Trabajo realizada por la CGT hace 40 años, el presidente releyó la proclama que difundió la CGT Brasil con críticas a la dictadura y convocatorias a la movilización, pese a la represión. "Esto lo leo ahora y lo podría escribir cualquiera de nosotros, porque no corremos riesgos. Pero había que decir esto con los dictadores con la metralla en la mano. Había que animarse a decir esto, a firmarlo, a decir la sede de mi CGT está en Brasil 1482. Había que animarse, para que todos vayan a ubicarlo. Esto no era en la clandestinidad. Esto era público, dando la cara y saliendo a la calle. Había que animarse. Ese coraje fue inmenso y es necesario que lo reconozcamos, porque es el coraje que necesitamos todos los días para afrontar el futuro de la Argentina