A sus 19 años, un jurado de la ciudad de Kansas condenó a Kevin Strickland a cadena perpetua. La justicia determinó que era uno de los culpables de un triple asesinato ocurrido en 1978. Este martes, un juez de Misuri decretó su inocencia, y ordenó su liberación inmediata. Strickland pasó 43 años preso injustamente.
James Welsh, el juez que liberó a Strickland, concluyó que no hay "ninguna prueba física que implicara directamente a Strickland" en el asesinato de Sherrie Black, Larry Ingram y John Walker, ocurrido el 25 de abril de 1978. A las víctimas las ataron y las fusilaron un grupo de cuatro personas.
Años más tarde, Douglas reconoció que se había equivocado al identificar a Strickland como uno de los asesinos.
La condena a Strickland se basó en un solo elemento: la declaración de Cynthia Douglas, la única víctima que escapó a la masacre. Años más tarde, Douglas reconoció que se había equivocado al identificar a Strickland como uno de los asesinos. Vincent Bell, uno de los culpables, fue muy insistente durante su proceso judicial sobre la inocencia de Strickland.
El primero resultó nulo: uno de los miembros del jurado era negro, y no lo consideró culpable. Luego, un jurado completamente blanco lo declaró culpable.
Strickland fue a juicio dos veces. El primero resultó nulo: uno de los miembros del jurado era negro, y no lo consideró culpable. Luego, un jurado completamente blanco lo declaró culpable. Su hija aún no había cumplido un año cuando Strickland fue preso. La testigo que lo identificaba como uno de los culpables, Douglas, decidió no cambiar su declaración en la justicia para evitar recibir una acusación por perjurio.
Finalmente, Strickland es libre. Entre los deseos que expresó al pasar los años, de las cosas que haría al salir de la cárcel, se encuentran conocer el océano y visitar la tumba de su madre. Su hija tiene hoy más de 40 años, y sus dos padres fallecieron.